14/12/2017, 23:07
El peliblanco pretendía salir de la casa sin mediar muchas más palabras, por lo menos él pensaba que no hacía falta explicar nada más, por lo que su sorpresa fue enorme cuando vio que la mujer lo agarraba del brazo, primero no supo como reaccionar, pero al ver las intenciones de ésta, se tranquilizó.
— Ahí tiene su plato, aún está caliente para que se lo coma en cuanto pueda, sino mañana le prepararé algo para que se lo lleve, que estas chicas de hoy en día con tal de estar delgadas se saltan todo lo que sea una buena comida. ¡Y eso no puede ser! Bueno, que me enrollo más que las persianas. Arriba al final del pasillo hay varias habitaciones vacías que podéis utilizar para dormir, cerrad bien la puerta para que no se os cuele Fu-san, que también duerme en una de ellas. Y creo que ya está, yo me voy ya a dormir. Cualquier cosa que necesitéis, pedídsela a mi marido antes de que se desmaye de tanto beber.
Riko asintió, sabía que tenía razón, había muchas chicas que evitaban comer para poder mantener la linea y, aunque el Senju no lo compartía tampoco se había preocupado nunca por ello.
— No se preocupe, que yo la aviso de que si la entra hambre en cualquier momento ahí tiene el plato de comida. Y gracias, también se lo diré, ¡que pase una buena noche! — Se despediría de la mujer, que se dirigió a una puerta y desapareció tras ella.
Poco después Koko hizo acto de presencia, y Riko la hizo un gesto con las manos para que se acercara y le siguiera, y se dirigió entonces fuera de la casa, sentándose a un lado de la puerta esperando que la chica hubiera hecho lo mismo.
— Ahí tiene su plato, aún está caliente para que se lo coma en cuanto pueda, sino mañana le prepararé algo para que se lo lleve, que estas chicas de hoy en día con tal de estar delgadas se saltan todo lo que sea una buena comida. ¡Y eso no puede ser! Bueno, que me enrollo más que las persianas. Arriba al final del pasillo hay varias habitaciones vacías que podéis utilizar para dormir, cerrad bien la puerta para que no se os cuele Fu-san, que también duerme en una de ellas. Y creo que ya está, yo me voy ya a dormir. Cualquier cosa que necesitéis, pedídsela a mi marido antes de que se desmaye de tanto beber.
Riko asintió, sabía que tenía razón, había muchas chicas que evitaban comer para poder mantener la linea y, aunque el Senju no lo compartía tampoco se había preocupado nunca por ello.
— No se preocupe, que yo la aviso de que si la entra hambre en cualquier momento ahí tiene el plato de comida. Y gracias, también se lo diré, ¡que pase una buena noche! — Se despediría de la mujer, que se dirigió a una puerta y desapareció tras ella.
Poco después Koko hizo acto de presencia, y Riko la hizo un gesto con las manos para que se acercara y le siguiera, y se dirigió entonces fuera de la casa, sentándose a un lado de la puerta esperando que la chica hubiera hecho lo mismo.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»