15/12/2017, 14:02
Ralexion se encogió de hombros y le dedicó una sonrisa.
—No sé mucho sobre ellos, y apenas nos cruzamos —comentó—. A juzgar por lo poco que les he visto, son ninjas como tú o como yo. Precisamente por eso siempre suelen andar ocupados.
La sopa que andaba cocinándose en la cazuela ya empezaba a dejar escapar un aroma de lo más seductor. Los sentidos del muchacho lo captaron, recordándole que él también se iba viendo hambriento. Su estómago rugió, plenamente audible. Avergonzado, dejó escapar una sonrisilla nerviosa y miró a otra parte, indeseoso de toparse con los ojos de Ritsuko.
—No sé mucho sobre ellos, y apenas nos cruzamos —comentó—. A juzgar por lo poco que les he visto, son ninjas como tú o como yo. Precisamente por eso siempre suelen andar ocupados.
La sopa que andaba cocinándose en la cazuela ya empezaba a dejar escapar un aroma de lo más seductor. Los sentidos del muchacho lo captaron, recordándole que él también se iba viendo hambriento. Su estómago rugió, plenamente audible. Avergonzado, dejó escapar una sonrisilla nerviosa y miró a otra parte, indeseoso de toparse con los ojos de Ritsuko.