15/12/2017, 23:44
Definitivamente aquel instructor le estaba cayendo simplemente fatal por la forma en que se presentó y por así decirlo, les regañó. A ojos de la pelirroja, todo esto fue algo injustificado y gratuito, ¿por qué? Porque jamás nadie les advirtió que un instructor iba a presentarse ante un grupo de genins inexpertos de una forma agresiva, tampoco tenían manera de saber que deberían de estar atentos a lo que fuere cuando dentro de la aldea se están rodeados de otros shinobis mucho más fuertes que ellos.
Entonces, ¿por qué ellos, que son simples genins deberían de estar temiendo por sus vidas? Algo no cuadraba en todo esto, y a Ritsuko le frustraba la idea de tener que estarse cual paranoica dentro de la aldea. «Ser duro es una cosa, ser injusto es otra »pensaba sin alterar su mueca melancólica habitual y ya habiendo despegado la mano de la herida superficial que le había hecho el tal Raiden.
La cosa simplemente iba de mal en peor, para salir de la habitación el chuunin tocó unos símbolos para revelar que aquella pared era en realidad una ilusión, una lo suficientemente compleja para que ella no la conociera —tampoco es que la pelirroja fuese una experta en esa facultad— pero se esperaba que prestasen la suficiente atención para aprenderse el patrón con solo verlo.
Tristemente, al Ritsuko seguirles a un paso algo más lento, llegó para cuando el mayor ya había comenzado a tocar símbolos por lo que al menos los primeros no los vio. Respecto a los demás, vio algunos sí, pero no prestó demasiada atención.
—Yo no —afirmó en un murmullo desde atrás de los demás.
No iba a estarse a la par de sus compañeros, mucho menos de su superior, o mejor dicho, en la mente de aquella chica, todos allí eran superiores a ella.
Entonces, ¿por qué ellos, que son simples genins deberían de estar temiendo por sus vidas? Algo no cuadraba en todo esto, y a Ritsuko le frustraba la idea de tener que estarse cual paranoica dentro de la aldea. «Ser duro es una cosa, ser injusto es otra »pensaba sin alterar su mueca melancólica habitual y ya habiendo despegado la mano de la herida superficial que le había hecho el tal Raiden.
La cosa simplemente iba de mal en peor, para salir de la habitación el chuunin tocó unos símbolos para revelar que aquella pared era en realidad una ilusión, una lo suficientemente compleja para que ella no la conociera —tampoco es que la pelirroja fuese una experta en esa facultad— pero se esperaba que prestasen la suficiente atención para aprenderse el patrón con solo verlo.
Tristemente, al Ritsuko seguirles a un paso algo más lento, llegó para cuando el mayor ya había comenzado a tocar símbolos por lo que al menos los primeros no los vio. Respecto a los demás, vio algunos sí, pero no prestó demasiada atención.
—Yo no —afirmó en un murmullo desde atrás de los demás.
No iba a estarse a la par de sus compañeros, mucho menos de su superior, o mejor dicho, en la mente de aquella chica, todos allí eran superiores a ella.