17/12/2017, 16:53
El interrogante de la pelirroja le llevó a mirarla de inmediato sosteniendo una expresión entremezclada, provista de desconcierto, bochorno y enojo a partes iguales.
—¡Claro que lo digo en serio! —aseguró con la voz un poco alzada, mas no lo suficiente como para que fuera un grito— ¿Por qué iba a mentir con algo así...?
Nadie está a salvo de malinterpretar algo tan caprichoso como los sentimientos, ni siquiera nosotros mismos. Sin embargo y no obstante, el Uchiha se sentía seguro de lo que decía. Era incuestionable que algo más poderoso que un simple impulso le había llevado a besarla, al fin y al cabo.
El nudo iba creciendo, amenazante. Si seguía así, se transformaría en ansiedad. Allí se encontraba él, declarándose de sopetón, y la recipiente de todo ello no es lo hubiera rechazado, si no que ni siquiera le creía.
Inconcebible.
—¡Claro que lo digo en serio! —aseguró con la voz un poco alzada, mas no lo suficiente como para que fuera un grito— ¿Por qué iba a mentir con algo así...?
Nadie está a salvo de malinterpretar algo tan caprichoso como los sentimientos, ni siquiera nosotros mismos. Sin embargo y no obstante, el Uchiha se sentía seguro de lo que decía. Era incuestionable que algo más poderoso que un simple impulso le había llevado a besarla, al fin y al cabo.
El nudo iba creciendo, amenazante. Si seguía así, se transformaría en ansiedad. Allí se encontraba él, declarándose de sopetón, y la recipiente de todo ello no es lo hubiera rechazado, si no que ni siquiera le creía.
Inconcebible.