18/12/2017, 15:29
El discurso de Raiden fue largo y tendido, lo cual no quiere decir que se le hiciera aburrido al Uchiha. El sensei parecía un hombre dedicado a la causa y con las ideas bien claras, algo que el moreno respetaba en demasía. Sus palabras le hicieron reflexionar, replantarse lo que en realidad significaba formar parte de un equipo. «Confiar ciegamente en mis compañeros... no ocultarles nada... sí, tiene sentido, aunque es más fácil decirlo que hacerlo», pensó, ladeando el rostro.
Entonces habló Rika, que parecía sentirse atosigada por la presión. Ralexion centró su mirada en ella, pero sus ojos no eran juiciosos, más bien simpatéticos.
Cuando finalizó su monólogo, el moreno se aclaró la voz.
—No te preocupes, Rika-san. Cada cosa a su tiempo —afirmó sin pena ni gloria.
Se acostó sobre la hierba, manos entrelazadas apoyando la parte trasera de su cráneo y una pierna encima de la otra.
—Supongo que la moraleja es que trabajamos juntos o morimos separados —añadió, sus orbes en el cielo—. Un placer trabajar con usted, Raiden-sensei.
Entonces habló Rika, que parecía sentirse atosigada por la presión. Ralexion centró su mirada en ella, pero sus ojos no eran juiciosos, más bien simpatéticos.
Cuando finalizó su monólogo, el moreno se aclaró la voz.
—No te preocupes, Rika-san. Cada cosa a su tiempo —afirmó sin pena ni gloria.
Se acostó sobre la hierba, manos entrelazadas apoyando la parte trasera de su cráneo y una pierna encima de la otra.
—Supongo que la moraleja es que trabajamos juntos o morimos separados —añadió, sus orbes en el cielo—. Un placer trabajar con usted, Raiden-sensei.