19/12/2017, 13:44
El ánimo de Ralexion fue suficiente, Raiden no intervino en aquello. Rika pareció calmarse un poco, aunque por unos segundos pareciese que fuera a explotar una bomba allí mismo. Al sentirse más tranquila, se quedó de pie, al contrario que el uchiha que se sentó y se recostó incluso, agradeciendo que fuera él el instructor que les había tocado.
- Así es. – Re afirmó las palabras del uchiha. No creía que, a nadie de ellos, les gustase la idea de morir solos. Ni tampoco creía que existiera alguien en aquel mundo que le gustase aquella idea.
Pero no a todos les parecía correcto aquello, de hecho, la kunoichi de cabellos rojos cuestionó las palabras dichas anteriormente por su sensei. Mientras hacía las preguntas, Raiden respetó su palabra, aunque su respuesta ya estaba prediseñada por si alguien lo rebatía. Él había dicho su miedo, su temor en aquel instante y el que le había perseguido durante tiempo. Les había dado justo lo que él pedía de ellos, algo sincero con nombres y señales, así que, no entendía como alguien podía ver aquello injusto. Pero estaba preparado.
- ¿Has visto dónde estás? – Le preguntó. – Hay múltiples formas de fallar. No trabajar en equipo, fallar una importante misión, morir, perderse en el camino…incluso algunas que todavía no hemos descubierto. Pero yo me refiero más a que no aprendáis nada, a que os quedéis anclados en este momento.
Sí, así era. Por muchas enseñanzas que les pudiera dar, si ellos rechazaban aquello, se quedarían allí, en ese mismo patio, por el resto de su vida, en sentido metafórico, pues una parte de ellos no habría ni avanzando un primer paso en el camino del shinobi.
- Ahora os dejo elegir. Será sincero, no he preparado nada, así que ¿Queréis entrenar algo más? ¿Alguna pregunta más? ¿O preferís descansar?
- Así es. – Re afirmó las palabras del uchiha. No creía que, a nadie de ellos, les gustase la idea de morir solos. Ni tampoco creía que existiera alguien en aquel mundo que le gustase aquella idea.
Pero no a todos les parecía correcto aquello, de hecho, la kunoichi de cabellos rojos cuestionó las palabras dichas anteriormente por su sensei. Mientras hacía las preguntas, Raiden respetó su palabra, aunque su respuesta ya estaba prediseñada por si alguien lo rebatía. Él había dicho su miedo, su temor en aquel instante y el que le había perseguido durante tiempo. Les había dado justo lo que él pedía de ellos, algo sincero con nombres y señales, así que, no entendía como alguien podía ver aquello injusto. Pero estaba preparado.
- ¿Has visto dónde estás? – Le preguntó. – Hay múltiples formas de fallar. No trabajar en equipo, fallar una importante misión, morir, perderse en el camino…incluso algunas que todavía no hemos descubierto. Pero yo me refiero más a que no aprendáis nada, a que os quedéis anclados en este momento.
Sí, así era. Por muchas enseñanzas que les pudiera dar, si ellos rechazaban aquello, se quedarían allí, en ese mismo patio, por el resto de su vida, en sentido metafórico, pues una parte de ellos no habría ni avanzando un primer paso en el camino del shinobi.
- Ahora os dejo elegir. Será sincero, no he preparado nada, así que ¿Queréis entrenar algo más? ¿Alguna pregunta más? ¿O preferís descansar?