27/12/2017, 21:39
Lava, un globo con lava el cual no irradiaba calor pero si luz. Pero eso no era importante en ese momento, lo que la pelirroja y Masaki consideraban un refugio, parecía ser la guarida de posibles personas no deseadas. La kunoichi aconsejaba que debería de dejar el lugar, enfrentar la tormenta la cual parece bastante intensa o esperar dentro de la cabaña en la cual puede o no aparecer personas que le causen problemas.
« A todo esto capaz que ella tiene razón y lo mas conveniente seria dejar este lugar cuanto antes, pero no creo que seamos capaces de hallar otro lugar como este, sobre todo con la tormenta que esta montada afuera...¿Que carajo esta buscando?» Reflexionaba el genin hasta ver que la pelirroja parecía estar buscando algo.
Masaki se puso de pie y se dirigió a la puerta —Supongo que tienes razón y debería de abandonar este lugar cuanto antes, así que pongámonos en mar...— Cuando abrió la puerta mientras miraba a la pelirroja, justo en el momento que volteo para ver hacia adelante un puñetazo en medio de la cara, tirando le un par de metros hacia atrás.
—No iras a ninguna parte— Una voz ronco bastante pausada, la cual pertenecía a un hombre adulto de treinta y tantos años, el cual parecía estar en un buen esta físico, ademas de ser bastante alto. Vestía una gabardina de cuero de color negro al igual a sus pantalones y un par de zapatos grises del desgaste que tenían. Es calvo, pero posee una barda bastante frondosa de color castaño. En la parte derecha de su cintura lleva colgada una ninjatō.
—Vamos Keitaro, fuiste muy blando con el niño jijiji— Otro hombre adulto pero con voz aguda, de complexión delgada, pelo largo de color castaño. Viste una camisa blanca, pantalones y zapatos negros, se encuentra totalmente empapado. Lleva una tantō que balancea de una mano a otra, como si estuviera jugando con ella.
El genin se encontraba en el suelo con aquel golpe que lo tomo por sorpresa, le costo poder levantarse. Sangraba por la nariz y le dolía bastante.«Demonios, esto es malo...»
—jijiji ¿que es lo que hacen dos niñatos como ustedes en medio de la nada? o más bien ¿en nuestro... oh pero si son un par shinobis recién salido del horno, esto es aun mejor jijiji—
—Hermano, estas totalmente mojado, ¿por que no quisiste usar mi paraguas?—
—Cierra el pico imbécil...—
—Lo siento...—
—No me decido si matarlos o capturarlos y pedir recompensa por ustedes... tal vez uno y uno... también podría quedarme contigo como trofeo jijiji — Lo ultimo lo hace apuntando a la pelirroja con su tantō.
Los dos hombres cubrían la puerta, esto no era parte de un entrenamiento, aquí las cosas podrían salir muy mal para cualquiera de los involucrados.
« A todo esto capaz que ella tiene razón y lo mas conveniente seria dejar este lugar cuanto antes, pero no creo que seamos capaces de hallar otro lugar como este, sobre todo con la tormenta que esta montada afuera...¿Que carajo esta buscando?» Reflexionaba el genin hasta ver que la pelirroja parecía estar buscando algo.
Masaki se puso de pie y se dirigió a la puerta —Supongo que tienes razón y debería de abandonar este lugar cuanto antes, así que pongámonos en mar...— Cuando abrió la puerta mientras miraba a la pelirroja, justo en el momento que volteo para ver hacia adelante un puñetazo en medio de la cara, tirando le un par de metros hacia atrás.
—No iras a ninguna parte— Una voz ronco bastante pausada, la cual pertenecía a un hombre adulto de treinta y tantos años, el cual parecía estar en un buen esta físico, ademas de ser bastante alto. Vestía una gabardina de cuero de color negro al igual a sus pantalones y un par de zapatos grises del desgaste que tenían. Es calvo, pero posee una barda bastante frondosa de color castaño. En la parte derecha de su cintura lleva colgada una ninjatō.
—Vamos Keitaro, fuiste muy blando con el niño jijiji— Otro hombre adulto pero con voz aguda, de complexión delgada, pelo largo de color castaño. Viste una camisa blanca, pantalones y zapatos negros, se encuentra totalmente empapado. Lleva una tantō que balancea de una mano a otra, como si estuviera jugando con ella.
El genin se encontraba en el suelo con aquel golpe que lo tomo por sorpresa, le costo poder levantarse. Sangraba por la nariz y le dolía bastante.«Demonios, esto es malo...»
—jijiji ¿que es lo que hacen dos niñatos como ustedes en medio de la nada? o más bien ¿en nuestro... oh pero si son un par shinobis recién salido del horno, esto es aun mejor jijiji—
—Hermano, estas totalmente mojado, ¿por que no quisiste usar mi paraguas?—
—Cierra el pico imbécil...—
—Lo siento...—
—No me decido si matarlos o capturarlos y pedir recompensa por ustedes... tal vez uno y uno... también podría quedarme contigo como trofeo jijiji — Lo ultimo lo hace apuntando a la pelirroja con su tantō.
Los dos hombres cubrían la puerta, esto no era parte de un entrenamiento, aquí las cosas podrían salir muy mal para cualquiera de los involucrados.