30/12/2017, 23:50
Las urbes nunca duermen, o al menos eso es lo que predica el dicho popular. Quizás en otros lugares si es así, pero no en algunos sectores del Distrito Comercial que se mantenían a todas horas con sus luces neón alumbrando dónde las estrellas no podían llegar. En un lugar dónde casi todo el tiempo el sol nunca asoma la cara, la diferencia entre el día y la noche podría ser casi nula. No era de extrañar entonces que los sitios de entretenimiento se mantuvieran operando las 24 horas con el fin de maximizar lo más posible las ganancias.
Ese era el caso del restaurante La Charca, que no sería el más lujoso de la zona pero por lo menos uno de los más amenos. Dónde la música en vivo y los monólogos en vivo eran parte del show, el cual pretendía ser apto para todas las edades. Sin embargo en esos momentos ya rondaban las seis de la tarde, por lo que los grupos familiares solían irse temprano y el ambiente empezaba a cambiar un poco con el inicio de la venta de bebidas alcohólicas. Eso sí, todo perfectamente controlado para que no pareciese una cantina de tercera. Ante todo, la moderación.
Era en una noche de estás que el Isa decidió tomarse un descanso de cuidar a su inválida hermana y cambiar de ambiente. Por suerte ella misma era la que le había insistido en que debía relajarse. "Huh, lo dice cómo si lo necesitase." Ese día había un show muy especial, el comediante Ayo Masuda tendría su sección a las 7 de esa misma noche. Su hermana, ante la eterna cara de sartén de su hermano sugirió que podría ser testigo para sacarle algo de la rutina. "A ver que tal sale el tipo." Poco y nada podía sacarle esa clase de gesto al joven Isa, pero si lo hacía, el iba a ser el primero en felicitarlo.
Debido a la presencia del mismo, ese día hubo un especial de la casa con all you can drink gratis para los para los asistentes nocturnos. —Oiga, tráiganme un batido de leche con fresas.— Aún faltaba una hora para el espectáculo principal, pero podía aprovechar entre tanto a darse un lujito.
Ese era el caso del restaurante La Charca, que no sería el más lujoso de la zona pero por lo menos uno de los más amenos. Dónde la música en vivo y los monólogos en vivo eran parte del show, el cual pretendía ser apto para todas las edades. Sin embargo en esos momentos ya rondaban las seis de la tarde, por lo que los grupos familiares solían irse temprano y el ambiente empezaba a cambiar un poco con el inicio de la venta de bebidas alcohólicas. Eso sí, todo perfectamente controlado para que no pareciese una cantina de tercera. Ante todo, la moderación.
Era en una noche de estás que el Isa decidió tomarse un descanso de cuidar a su inválida hermana y cambiar de ambiente. Por suerte ella misma era la que le había insistido en que debía relajarse. "Huh, lo dice cómo si lo necesitase." Ese día había un show muy especial, el comediante Ayo Masuda tendría su sección a las 7 de esa misma noche. Su hermana, ante la eterna cara de sartén de su hermano sugirió que podría ser testigo para sacarle algo de la rutina. "A ver que tal sale el tipo." Poco y nada podía sacarle esa clase de gesto al joven Isa, pero si lo hacía, el iba a ser el primero en felicitarlo.
Debido a la presencia del mismo, ese día hubo un especial de la casa con all you can drink gratis para los para los asistentes nocturnos. —Oiga, tráiganme un batido de leche con fresas.— Aún faltaba una hora para el espectáculo principal, pero podía aprovechar entre tanto a darse un lujito.