1/01/2018, 19:24
Un día normal en la aldea, con la lluvia sobre su cabeza. Monotonía eterna a la que alguna vez se resignó por el bien de cuidar a su desvalida hermana. Pero ahora, tenía otras cosas en mente. Asuntos pendientes desde hace muchos años y que no podía seguir ignorando. Podría parecer que no había cambiado nada, simplemente regresaba de compras con los víveres para el almuerzo. Escena cotidiana que cualquiera podría tener por vivencia, pero dentro de su cabeza los planes y la incertidumbre tomaban un rumbo más allá de algo tan banal que decidir cual sería el plato principal ese día.
"Shisen. La ANBU nunca dio más detalles acerca de ese tipo. Si mandaron a cerrar la boca para evitar escándalo, sólo pueden existir dos opciones: O estaban tratando de encubrir lo que hizo por preferencia, o quizás existieron más víctimas y nunca se nos informó. Huh, aunque dudo que sea la primera, pues no serviría de mucho cuidar la reputación de un suicida demente. Descartando eso, la posibilidad de que existan más víctimas es más palpable, ya que en la nota directamente se catalogó cómo crimen de asesinato en serie. Hmph, una noticia de ese tipo causaría bastante revuelo dentro de una aldea ninja cómo esta, pero supongo que ni toda la seguridad de este sitio puede evitar que ocurran estas cosas." Emitió un largo y sonoro suspiro, bajando sus hombros cómo si de verdad le pesara las bolsas que llevaba cargando, cuando en realidad era más frustración que otra cosa lo que le hacía lucir desanimado. "Cómo sea... Sé que podría tener acceso a los archivos de los casos de Kokuryū con sólo pedirlos, pero el problema estaría con los demás expedientes en relación a Shisen. Es prácticamente imposible que se lo den a un genin de mierda cómo yo, y no me dejarían adentrarme al caso de ninguna manera, en especial a sabiendas de que Shisen era de los cuerpos de espionaje." En momentos de estrés no se le antojaba otra cosa que un caramelo -o cualquier cosa no-tóxica que pudiera meterse a la boca- para relajarse un poco, pero ese día no se le había ocurrido comprar más de lo que la lista indicaba. "Creo que debe haber una tienda por acá cerca..." Y en efecto había una, por lo que no tardó en caminar hasta ella, sin fijarse en nada más del entorno.
----¡BUEEEENAAASSS!— Dijo con fuerza al ver que no había nadie cerca despachando.
—¡Ya voy, ya voy, no grit-!
—Un segundo... Tú eres.
—¡El idiota de aquella noche!
—¡El idiota de aquella noche!
Y tras eso, hubo un incómodo y largo silencio mientras ambos procesaban la información.
—Tú te me vas de aquí antes de que cante el gallo, no tengo nada que venderte a ti—. Le dijo con una sonrisita pícara, cruzando los brazos además mientra se le hinchaba el pecho. —Vienes cargando lo que compraste en otro lado, ¿y así esperas que te despache?—. Dijo con un tono indignado.
—¿Pero de qué estás hablando? No seas imbécil, que seguro estás aquí haciendo trabajo comunitario por las pendejadas de tu pandilla. Agradece que no te llevé con las autoridades la otra vez.— Contraatacó, dejando caer las bolsas al piso y apoyando su brazo en el mostrador de la tienda, acortando distancias entre él y el dependiente.
—¡Ay sí, ay sí!, ¡te llevaré con las autoridades!— Y en ese momento, su vista se posó en la placa que Kagetsuna relucía en el brazo. —Con que eres shinobi, ya me lo había imaginado al ver tu carácter prepotente, pavoneándote como todos los de tu clase—. Prosiguió con la discusión.
"Shisen. La ANBU nunca dio más detalles acerca de ese tipo. Si mandaron a cerrar la boca para evitar escándalo, sólo pueden existir dos opciones: O estaban tratando de encubrir lo que hizo por preferencia, o quizás existieron más víctimas y nunca se nos informó. Huh, aunque dudo que sea la primera, pues no serviría de mucho cuidar la reputación de un suicida demente. Descartando eso, la posibilidad de que existan más víctimas es más palpable, ya que en la nota directamente se catalogó cómo crimen de asesinato en serie. Hmph, una noticia de ese tipo causaría bastante revuelo dentro de una aldea ninja cómo esta, pero supongo que ni toda la seguridad de este sitio puede evitar que ocurran estas cosas." Emitió un largo y sonoro suspiro, bajando sus hombros cómo si de verdad le pesara las bolsas que llevaba cargando, cuando en realidad era más frustración que otra cosa lo que le hacía lucir desanimado. "Cómo sea... Sé que podría tener acceso a los archivos de los casos de Kokuryū con sólo pedirlos, pero el problema estaría con los demás expedientes en relación a Shisen. Es prácticamente imposible que se lo den a un genin de mierda cómo yo, y no me dejarían adentrarme al caso de ninguna manera, en especial a sabiendas de que Shisen era de los cuerpos de espionaje." En momentos de estrés no se le antojaba otra cosa que un caramelo -o cualquier cosa no-tóxica que pudiera meterse a la boca- para relajarse un poco, pero ese día no se le había ocurrido comprar más de lo que la lista indicaba. "Creo que debe haber una tienda por acá cerca..." Y en efecto había una, por lo que no tardó en caminar hasta ella, sin fijarse en nada más del entorno.
----¡BUEEEENAAASSS!— Dijo con fuerza al ver que no había nadie cerca despachando.
—¡Ya voy, ya voy, no grit-!
—Un segundo... Tú eres.
—¡El idiota de aquella noche!
—¡El idiota de aquella noche!
Y tras eso, hubo un incómodo y largo silencio mientras ambos procesaban la información.
—Tú te me vas de aquí antes de que cante el gallo, no tengo nada que venderte a ti—. Le dijo con una sonrisita pícara, cruzando los brazos además mientra se le hinchaba el pecho. —Vienes cargando lo que compraste en otro lado, ¿y así esperas que te despache?—. Dijo con un tono indignado.
—¿Pero de qué estás hablando? No seas imbécil, que seguro estás aquí haciendo trabajo comunitario por las pendejadas de tu pandilla. Agradece que no te llevé con las autoridades la otra vez.— Contraatacó, dejando caer las bolsas al piso y apoyando su brazo en el mostrador de la tienda, acortando distancias entre él y el dependiente.
—¡Ay sí, ay sí!, ¡te llevaré con las autoridades!— Y en ese momento, su vista se posó en la placa que Kagetsuna relucía en el brazo. —Con que eres shinobi, ya me lo había imaginado al ver tu carácter prepotente, pavoneándote como todos los de tu clase—. Prosiguió con la discusión.