5/01/2018, 16:43
El chuunin, tras tomar el pergamino y leerlo, preguntó sin demora si estaban autorizados a pasar por el túnel. Se trataba de un complejo pasillo con una cinta que circulaba continuamente desde un punto cercano relativamente de la aldea, hasta casi llegar a Yachi. Pero su uso estaba limitado exclusivamente a ninjas de Amegakure o alguno que otro, previa autorización de la Arashikage. Sin embargo, no todos conocían de éste sistema.
La mujer asintió, dando rienda suelta al médico a usar el túnel para llegar lo antes posible hasta el objetivo —Así es, tienen permiso para usarlo. Tan solo muestren el pergamino al llegar a la entrada, será suficiente.
La pelirroja entre tanto dejó caer un suspiro, cosa que quizás el médico no escuchase al estar en otros asuntos. Sin mas, se levantó de su sitio, su cómodo sitio, y se acercó levemente hacia su superior. En su rostro claramente se reflejaba su incomodidad, e incluso su falta de conformidad. Pero...
Sin mas, realizó una pequeña reverencia, a modo de saludo —Buenos días, me presentaría de nuevo... pero ya me conoce usted, ¿verdad? ¿cual era su nombre? ¿Magane Monura?
Ciertamente recordaba casi su nombre, aunque quizás una letra se le deslizaba mas allá. Fuere como fuere, al menos intentaba ser cordial, no le quedaba otra. Por mucho que le hubiese fastidiado su actitud en la anterior ocasión, con ella no había tenido la misma actitud que con el otro chico... quizás debía hasta darle una oportunidad.
En fin, solo el tiempo lo diría. Quisiera o no, lo tendría que aguantar de buena o mala gana hasta el final de la misma.
La mujer asintió, dando rienda suelta al médico a usar el túnel para llegar lo antes posible hasta el objetivo —Así es, tienen permiso para usarlo. Tan solo muestren el pergamino al llegar a la entrada, será suficiente.
La pelirroja entre tanto dejó caer un suspiro, cosa que quizás el médico no escuchase al estar en otros asuntos. Sin mas, se levantó de su sitio, su cómodo sitio, y se acercó levemente hacia su superior. En su rostro claramente se reflejaba su incomodidad, e incluso su falta de conformidad. Pero...
Sin mas, realizó una pequeña reverencia, a modo de saludo —Buenos días, me presentaría de nuevo... pero ya me conoce usted, ¿verdad? ¿cual era su nombre? ¿Magane Monura?
Ciertamente recordaba casi su nombre, aunque quizás una letra se le deslizaba mas allá. Fuere como fuere, al menos intentaba ser cordial, no le quedaba otra. Por mucho que le hubiese fastidiado su actitud en la anterior ocasión, con ella no había tenido la misma actitud que con el otro chico... quizás debía hasta darle una oportunidad.
En fin, solo el tiempo lo diría. Quisiera o no, lo tendría que aguantar de buena o mala gana hasta el final de la misma.