10/01/2018, 01:31
—¡No!
Daruu aparto el paraguas y este cayó al suelo. ¿Pero qué maldito daño le hacía sujetarlo un momento? ¿Estaba loco? Ese paraguas era una edición limitada. LIMITADA. Eso sí, supe mantener la calma. No podía ponerme a berrear por un paraguas delante de otros. Por mucho que me doliera que se cayera al suelo. Al menos no le había pasado nada, y Kiara, a la cual había olvidado por el paraguas, parecía seguir refugiándose bajo él.
Yo hice lo mío. Llame a Yoru, y entonces Daruu se acercó a mí.
—No me has entendido.He dicho que no voy a robar para devolverle lo robado a otra persona... o animal.
Entonces Daruu se acercó todavía más. Quedo a apenas unos centímetros de mí. No le aparte la mirada. Tampoco cambie mi expresión. Solo le mire fijamente.
—Y tampoco creo que sea apropiado que lo haga alguien más. El que tiene ahora el collar es igual que nuestro amigo emplumado, quiere lo mismo que él. Se tendrá que buscar otro objeto brillante para su pareja.
—Creo que tienes un concepto anticuado y vandálico de la palabra robrar, eso o eres incapaz de ver más allá —Eso tal vez fue demasiado atrevido, pero mi tono de voz era neutral y calmado. —¿Crees que he llamado a un adicto a las telenovelas por su capacidad para cogerle algo a alguien?
—¡Oye! Yo estar aquí delante, yo pasar horas en el sofá, pero ser ágil y fuerte
—Creo que no deberías meterte en la conversación, Yoru, además, mira que cerca están, es mejor que la telenovela, igual en un arrebato de pasión…
—No tengo intención de ir y quitarle el collar, tampoco de que mis cuervos vayan y se lo quiten. —Dije ignorando la conversación entre mis cuervos. —Solo tenemos que hacer que a ella deje de gustarle el colgante y lo tire. Para saber que puede hacer que una mujer haga eso con el regalo de su hombre, no hay nadie mejor en todo Oonido que un cuervo adicto a las telenovelas. No le estamos robando, técnicamente, ella se deshará de él
Daruu aparto el paraguas y este cayó al suelo. ¿Pero qué maldito daño le hacía sujetarlo un momento? ¿Estaba loco? Ese paraguas era una edición limitada. LIMITADA. Eso sí, supe mantener la calma. No podía ponerme a berrear por un paraguas delante de otros. Por mucho que me doliera que se cayera al suelo. Al menos no le había pasado nada, y Kiara, a la cual había olvidado por el paraguas, parecía seguir refugiándose bajo él.
Yo hice lo mío. Llame a Yoru, y entonces Daruu se acercó a mí.
—No me has entendido.He dicho que no voy a robar para devolverle lo robado a otra persona... o animal.
Entonces Daruu se acercó todavía más. Quedo a apenas unos centímetros de mí. No le aparte la mirada. Tampoco cambie mi expresión. Solo le mire fijamente.
—Y tampoco creo que sea apropiado que lo haga alguien más. El que tiene ahora el collar es igual que nuestro amigo emplumado, quiere lo mismo que él. Se tendrá que buscar otro objeto brillante para su pareja.
—Creo que tienes un concepto anticuado y vandálico de la palabra robrar, eso o eres incapaz de ver más allá —Eso tal vez fue demasiado atrevido, pero mi tono de voz era neutral y calmado. —¿Crees que he llamado a un adicto a las telenovelas por su capacidad para cogerle algo a alguien?
—¡Oye! Yo estar aquí delante, yo pasar horas en el sofá, pero ser ágil y fuerte
—Creo que no deberías meterte en la conversación, Yoru, además, mira que cerca están, es mejor que la telenovela, igual en un arrebato de pasión…
—No tengo intención de ir y quitarle el collar, tampoco de que mis cuervos vayan y se lo quiten. —Dije ignorando la conversación entre mis cuervos. —Solo tenemos que hacer que a ella deje de gustarle el colgante y lo tire. Para saber que puede hacer que una mujer haga eso con el regalo de su hombre, no hay nadie mejor en todo Oonido que un cuervo adicto a las telenovelas. No le estamos robando, técnicamente, ella se deshará de él