10/01/2018, 02:06
En el interior de aquel carruaje, Kaido inspeccionaba con atención a la pareja que tenía en frente. Mirada inquisitiva y un ceño bien fruncido era lo que tenía para ellos, a modo de intimidarles lo suficiente como para que tuviesen la cortesía, una vez empezado el juego, de no tocarle los cojones. Y sin embargo, su objetivo no era tan sólo intimidar. La intimidación como recurso, al menos para el escualo, era un muy apropiado canal que secunda a la obediencia.
Quizás, si lograba que los equipos contrincantes trabajasen para él de alguna manera, le fuese mucho más sencillo ganar, junto a Riko. Sí, era un buen plan.
—Y vosotros qué hacéis exactamente participando en los Juegos. No lucen muy en forma para este tipo de actividades, sin ofender. ¿A qué vinieron?
Quizás, si lograba que los equipos contrincantes trabajasen para él de alguna manera, le fuese mucho más sencillo ganar, junto a Riko. Sí, era un buen plan.
—Y vosotros qué hacéis exactamente participando en los Juegos. No lucen muy en forma para este tipo de actividades, sin ofender. ¿A qué vinieron?