12/01/2018, 00:15
—¡Hey, Ritsuko! —la llamó con alegría.
Acortó la distancia que los separaba haciendo uso de unas zancadas especialmente copiosas. Echó un vistazo al trabajo que había sido llevado a cabo mientras él se ocupaba del imprevisto sufrido por Rika. Era obvio que no se trataba de la obra de un profesional pero no tenía punto de comparación con el lamentable estado en el que se encontraba el santuario a priori de la intervención del equipo de genins.
—¡Muy bien hecho, Ritsuko! —la congratuló con honestidad— ¿Cómo te encuentras? Yo me siento como mierda... la verdad es que deberíamos de habernos abrigado mejor. ¡Pero no te preocupes! Del siguiente santuario me ocupo yo, así estamos en paz.
Resultaba obvio que el Uchiha estaba derivando todo su afán a ponerle buena cara al mal tiempo —literal y metafóricamente—. Estornudó con fuerza, haciendo mucho ruido, como si su propio cuerpo tratase de rebatirle el argumento. Se aseguró de desviar su rostro para no darle a la pobre Ritsuko de pleno.
—Egh...
Tan pronto su compañera le diese el visto bueno podían ponerse en marcha y dirigirse hacia el siguiente punto de la misión.
Acortó la distancia que los separaba haciendo uso de unas zancadas especialmente copiosas. Echó un vistazo al trabajo que había sido llevado a cabo mientras él se ocupaba del imprevisto sufrido por Rika. Era obvio que no se trataba de la obra de un profesional pero no tenía punto de comparación con el lamentable estado en el que se encontraba el santuario a priori de la intervención del equipo de genins.
—¡Muy bien hecho, Ritsuko! —la congratuló con honestidad— ¿Cómo te encuentras? Yo me siento como mierda... la verdad es que deberíamos de habernos abrigado mejor. ¡Pero no te preocupes! Del siguiente santuario me ocupo yo, así estamos en paz.
Resultaba obvio que el Uchiha estaba derivando todo su afán a ponerle buena cara al mal tiempo —literal y metafóricamente—. Estornudó con fuerza, haciendo mucho ruido, como si su propio cuerpo tratase de rebatirle el argumento. Se aseguró de desviar su rostro para no darle a la pobre Ritsuko de pleno.
—Egh...
Tan pronto su compañera le diese el visto bueno podían ponerse en marcha y dirigirse hacia el siguiente punto de la misión.