12/01/2018, 00:27
La kunoichi siguió con su labor, tomándose su tiempo para lograr así el mejor resultado posible aunque el resultado no era comparable con el que un carpintero pudiera haber realizado, pero eso se sacaban por enviar a un grupo de genins idiotas que se enferman y tienen problemas de salud tan espontáneos como para ser derivados al instante al hospital.
Para empeorar las cosas, dejaron a la inútil que no se olvida la cabeza en casa porque la tiene pegada al resto de su cuerpo.
Al menos para cuando Ralexion llegara ya los tablones laterales estarían en su lugar, bien clavados para que ni el viento los quitase aunque podría haber sido mejor. De todas maneras, Ritsuko luego de estornudar un par de veces.
El Uchiha llegó, la felicitó y agregó alguno que otro comentario también preguntando por el estado de la kunoichi y a decir verdad, no estaba mucho mejor que él y ya la voz le había cambiado por la congestión.
—Igual —afirmó sin energía.
Justo cuando el chico estornudó, ella hizo exactamente lo mismo pero mirando al otro lado, aspiró con fuerza por la nariz y luego se juntó varias tejas antes de subir al techo con el martillo y la caja de clavos también al alcance.
—Haz el letrero mientras tanto —sugirió antes de ponerse a clavar las tejas en su lugar—. Los otros santuarios vamos a hacerlos juntos así terminamos antes, no quiero estar mucho más bajo la lluvia.
¿Es necesario aclarar que no le gustaba la idea de cobrarle a Ralexion mandándole a construir uno de los templos solo?
Para empeorar las cosas, dejaron a la inútil que no se olvida la cabeza en casa porque la tiene pegada al resto de su cuerpo.
Al menos para cuando Ralexion llegara ya los tablones laterales estarían en su lugar, bien clavados para que ni el viento los quitase aunque podría haber sido mejor. De todas maneras, Ritsuko luego de estornudar un par de veces.
El Uchiha llegó, la felicitó y agregó alguno que otro comentario también preguntando por el estado de la kunoichi y a decir verdad, no estaba mucho mejor que él y ya la voz le había cambiado por la congestión.
—Igual —afirmó sin energía.
Justo cuando el chico estornudó, ella hizo exactamente lo mismo pero mirando al otro lado, aspiró con fuerza por la nariz y luego se juntó varias tejas antes de subir al techo con el martillo y la caja de clavos también al alcance.
—Haz el letrero mientras tanto —sugirió antes de ponerse a clavar las tejas en su lugar—. Los otros santuarios vamos a hacerlos juntos así terminamos antes, no quiero estar mucho más bajo la lluvia.
¿Es necesario aclarar que no le gustaba la idea de cobrarle a Ralexion mandándole a construir uno de los templos solo?