12/01/2018, 12:01
Ante la respuesta igual de negativa por parte de Ayame, la joven no pudo evitar sonreír.
—Al menos si nos perdemos estaremos acompañadas —respondió como aspecto positivo de todo aquello.
Y tras un rato andando calle abajo, encontraron una pequeña cafetería que sin duda les vino como anillo al dedo, así que sin esperar un rato más ambas entraron y pronto la Aotsuki encontró una mesa para dos al lado de una de las ventanas. Eri tomó asiento y posó ambas manos en la mesa mientras Ayame tomaba la única carta que había sobre ella.
—Vamos a ver qué tienen. Espero que no sea sólo café...
—Esperemos... —secundó la pelirroja, inclinándose un poco en la mesa para poder ver lo que había escrito allí.
Para la suerte de ambas, no solo había café, sino que había una sección de zumos, tés, y batidos. En la otra cara había diferentes platos que normalmente pedirías como postre de una gran comida, así que Eri optó por pedir solo una bebida.
—Creo que ya sé qué pediré —alegó la chica sentándose de nuevo en la mesa.
Unos minutos después apareció una mujer que rondaba los treinta años, con unas ojeras un poco marcadas bajo sus ojos de color avellana y un largo cabello recogido en una coleta alta, con una sonrisa típica de vendedor.
—Buenas noches, chicas —saludó en un tono ni muy alto ni muy bajo, alegre —. ¿Qué os pongo? —preguntó, señalando a la carta con el lápiz que tenía en la mano derecha.
—Buenas noches, yo quisiera un batido de vainilla, por favor... —pidió la primera, luego miró a Ayame, esperando por saber su opción.
—Al menos si nos perdemos estaremos acompañadas —respondió como aspecto positivo de todo aquello.
Y tras un rato andando calle abajo, encontraron una pequeña cafetería que sin duda les vino como anillo al dedo, así que sin esperar un rato más ambas entraron y pronto la Aotsuki encontró una mesa para dos al lado de una de las ventanas. Eri tomó asiento y posó ambas manos en la mesa mientras Ayame tomaba la única carta que había sobre ella.
—Vamos a ver qué tienen. Espero que no sea sólo café...
—Esperemos... —secundó la pelirroja, inclinándose un poco en la mesa para poder ver lo que había escrito allí.
Para la suerte de ambas, no solo había café, sino que había una sección de zumos, tés, y batidos. En la otra cara había diferentes platos que normalmente pedirías como postre de una gran comida, así que Eri optó por pedir solo una bebida.
—Creo que ya sé qué pediré —alegó la chica sentándose de nuevo en la mesa.
Unos minutos después apareció una mujer que rondaba los treinta años, con unas ojeras un poco marcadas bajo sus ojos de color avellana y un largo cabello recogido en una coleta alta, con una sonrisa típica de vendedor.
—Buenas noches, chicas —saludó en un tono ni muy alto ni muy bajo, alegre —. ¿Qué os pongo? —preguntó, señalando a la carta con el lápiz que tenía en la mano derecha.
—Buenas noches, yo quisiera un batido de vainilla, por favor... —pidió la primera, luego miró a Ayame, esperando por saber su opción.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)