14/01/2018, 22:13
El cocinero que andaba improvisando como camarero tomó nota mental de lo dicho por Ritsuko, a pesar del reducido tono utilizado por la kunoichi. Llevó a cabo una reverencia breve y acelerada, entonces se marchó, de vuelta a la zona para solo empleados.
Ahí fue cuando Ralexion tuvo luz verde para responder a la enigmática pregunta de su acompañante. Al ser consciente de esta se prendió un efímero destello de interés en los ojos del joven, pero no duró demasiado gracias a la interrupción. Ahora la expresión del pelinegro no delataba nada que no fuese un manto de neutralidad.
—Sí, estoy libre —confirmó con ligereza—. Después de todo lo que nos ha hecho trabajar Raiden diría que ya he tenido bastante entrenamiento por hoy. ¿Por qué?
Quedó a la espera de una respuesta, sin tocar la comida aún. Al rapaz le interesaba más en esos instantes la ya mencionada que la carne, por muy deliciosa que estuviese. Se mantuvo expentante con su campo de visión fijo sobre las facciones de la muchacha.
«Nunca me había fijado pero sus ojos son tan... blancos. ¡Qué bonitos!». Y es que el shinobi nunca había visto a un Hyūga.
Ahí fue cuando Ralexion tuvo luz verde para responder a la enigmática pregunta de su acompañante. Al ser consciente de esta se prendió un efímero destello de interés en los ojos del joven, pero no duró demasiado gracias a la interrupción. Ahora la expresión del pelinegro no delataba nada que no fuese un manto de neutralidad.
—Sí, estoy libre —confirmó con ligereza—. Después de todo lo que nos ha hecho trabajar Raiden diría que ya he tenido bastante entrenamiento por hoy. ¿Por qué?
Quedó a la espera de una respuesta, sin tocar la comida aún. Al rapaz le interesaba más en esos instantes la ya mencionada que la carne, por muy deliciosa que estuviese. Se mantuvo expentante con su campo de visión fijo sobre las facciones de la muchacha.
«Nunca me había fijado pero sus ojos son tan... blancos. ¡Qué bonitos!». Y es que el shinobi nunca había visto a un Hyūga.