14/01/2018, 23:02
—Oh.
El Uchiha no sonó decepcionado, si no genuinamente sorprendido. Apenas unos instantes más tarde ya estaba asintiendo con vivacidad, sonriente.
—No es que sea un manitas, pero claro, te ayudaré —le dijo con su característica amabilidad, a lo que añadió—. ¡Que aproveche!
Imitó a la pelirroja, considerando que ya era momento de sobra de degustar la comida puesto que su picajosa curiosidad se acababa de ver saciada. A decir verdad, lo que Ralexion más deseaba era retornar a la normalidad cuanto antes, comportarse con Ritsuko sin tabúes y no sentir la necesidad de calentarse la cabeza con asuntos del corazón.
Al fin y al cabo, la vida de un ninja puede tener un final súbito y agrio cuando uno menos se lo espera. Mejor disfrutar momentos de ocio como aquel sin ruido de fondo.
Así pues, el muchachillo agarró los palillos sobre el plato destinado a su persona y tomó un filete de su parte del curioso mueble. Lo posó sobre el grill, junto al de Ritsuko. Entre tanto silbaba una cancioncilla.
El Uchiha no sonó decepcionado, si no genuinamente sorprendido. Apenas unos instantes más tarde ya estaba asintiendo con vivacidad, sonriente.
—No es que sea un manitas, pero claro, te ayudaré —le dijo con su característica amabilidad, a lo que añadió—. ¡Que aproveche!
Imitó a la pelirroja, considerando que ya era momento de sobra de degustar la comida puesto que su picajosa curiosidad se acababa de ver saciada. A decir verdad, lo que Ralexion más deseaba era retornar a la normalidad cuanto antes, comportarse con Ritsuko sin tabúes y no sentir la necesidad de calentarse la cabeza con asuntos del corazón.
Al fin y al cabo, la vida de un ninja puede tener un final súbito y agrio cuando uno menos se lo espera. Mejor disfrutar momentos de ocio como aquel sin ruido de fondo.
Así pues, el muchachillo agarró los palillos sobre el plato destinado a su persona y tomó un filete de su parte del curioso mueble. Lo posó sobre el grill, junto al de Ritsuko. Entre tanto silbaba una cancioncilla.