15/01/2018, 00:34
Tras haber claveteado correctamente los tablones interiores, cuanto restaba por reconstruir del santuario eran las tejas de la parte superior y el letrero. Claro que, con la incesante lluvia sería muy difícil que los caracteres del cartel quedaran decentes si los chicos no ideaban alguna manera de cubrir el pincel y la tinta de la lluvia mientras escribían. De lo contrario, el cartel simplemente se mojaría y la tinta escrita en él se diluiría como una mancha de aceite.
Colocar las tejas sería mucho menos complicado, pues apenas necesitaban irlas apilando correctamente sobre las vigas de madera que sujetaban el tejado del santuario.
Colocar las tejas sería mucho menos complicado, pues apenas necesitaban irlas apilando correctamente sobre las vigas de madera que sujetaban el tejado del santuario.