16/01/2018, 18:43
—¿De qué te ríes, uzureño?
Eso solo hizo que mi risa volviese a atacar. ¿De verdad acababa de decirme eso? ¿Uzureño? ¿Pero de donde venía éste? Diría que era kuseño, pero ni ellos son tan lelos como para llevar el historial de tonterías que llevaba aquí el colega. ¿Venía colocado de hongos o algo? Entonces sí que podía ser que fuese kuseño.
Decidí ignorarle y pasar de largo, total, tontos hay todos los días en todas partes. Pero, como no, un buen tonto no deja de decir tonterías ni cuando le dan una segunda oportunidad.
—Piérdete, ¿quieres? Vete a molestar y reírte de otro turista. Este no está de humor.
Suspiré y me volteé para encararle.
— Mira, no sé qué problema tienes con el té, pero antes de venir de "turismo" igual deberías saber donde vas. Mi risa no ha sido más que una manifestación de lo que el pobre tendero no te puede decir porque está de cara al público. Supongo que ya estará acostumbrado a que vengan a la PEQUEÑA BLANCA a pedir un TÉ NEGRO. Es que ha sido mi primera vez y pues, me he emocionado.
Volví a darme la vuelta dispuesto a irme, antes de salir le solté una última perla sin girarme.
— Y no te preocupes, que yo no me pierdo, a diferencia de los amantes del té negro, si es que a eso se le puede llamar té.
El muy grandilocuente diciendo que no está de humor, y yo sí, no te jode.
Eso solo hizo que mi risa volviese a atacar. ¿De verdad acababa de decirme eso? ¿Uzureño? ¿Pero de donde venía éste? Diría que era kuseño, pero ni ellos son tan lelos como para llevar el historial de tonterías que llevaba aquí el colega. ¿Venía colocado de hongos o algo? Entonces sí que podía ser que fuese kuseño.
Decidí ignorarle y pasar de largo, total, tontos hay todos los días en todas partes. Pero, como no, un buen tonto no deja de decir tonterías ni cuando le dan una segunda oportunidad.
—Piérdete, ¿quieres? Vete a molestar y reírte de otro turista. Este no está de humor.
Suspiré y me volteé para encararle.
— Mira, no sé qué problema tienes con el té, pero antes de venir de "turismo" igual deberías saber donde vas. Mi risa no ha sido más que una manifestación de lo que el pobre tendero no te puede decir porque está de cara al público. Supongo que ya estará acostumbrado a que vengan a la PEQUEÑA BLANCA a pedir un TÉ NEGRO. Es que ha sido mi primera vez y pues, me he emocionado.
Volví a darme la vuelta dispuesto a irme, antes de salir le solté una última perla sin girarme.
— Y no te preocupes, que yo no me pierdo, a diferencia de los amantes del té negro, si es que a eso se le puede llamar té.
El muy grandilocuente diciendo que no está de humor, y yo sí, no te jode.
—Nabi—