17/01/2018, 17:16
Las delicadas manos de la kunoichi volvían a entrelazarse, formando más palabras, pero hasta con aquel lenguaje que uno podría pensar que carecía de sentimientos y emociones, provocó que mi corazón se encogiese de pura pena y tristeza. Había oído de historias duras, incluso la mía podría serlo. Pero aquella era aún más dura.
"Envenenaron a mi madre cuando estaba embarazada de mí. Por eso yo nací así, sin voz. Y ella quedó debilitada permamentemente. A veces me pregunto si..."
— ¡No! No debes pensar eso, Taeko-chan — dije, sobresaltado quitandole cualquier absurda idea que pudiese rondar la cabeza — Lo que le sucede a tu madre es una putada de narices, pero tu no tienes la culpa de nada, ¿entendido?
Aunque no hubiese acabado la frase, se podía saber lo que pensaba en su interior. Y la verdad, no me apetecía que se torturase de ese modo.
"No te preocupes, Yota-san. Una vecina nos ayuda con las cosas médicas. Fuera de ello, no hay nada que se pueda hacer. ¡En fin!" Juntó las manos, sonriente, queriendo dejar un tema así de melancólico detrás "Dime, ¿qué nuevas técnicas has aprendido? ¡Apuesto a que son geniales! Si se puede saber, claro..."
— Oh bueno, claro que se puede saber pero... bueno, digamos que es complicado. Aún me estoy familiarizando. Será mejor que te presente a alguien para que lo entiendas mejor
Silbé con fuerza tras colocar mis dedos meñique e índice estrategicamente cerca de las comisuras de los labios.
De entre el follaje apareció el inconfundible arácnido con el que ya empezaba a estrechar amistad. Era oscuro como la noche y en su abdomen se dibujaba un reloj de arena carmesí, mismo color que sus ocho ojos.
— Te presento a Kumopansa, Taeko-chan
El animal se acercó hasta la muchacha.
— ¡Hostias! — exclamó — Tenías que haberme dicho que te habías echado novia tio — indicó finalmente para acabar soltando una ligera y breve carcajada.
— es un poco impertinente, pero es una buena araña, ya te acostumbrarás
"Envenenaron a mi madre cuando estaba embarazada de mí. Por eso yo nací así, sin voz. Y ella quedó debilitada permamentemente. A veces me pregunto si..."
— ¡No! No debes pensar eso, Taeko-chan — dije, sobresaltado quitandole cualquier absurda idea que pudiese rondar la cabeza — Lo que le sucede a tu madre es una putada de narices, pero tu no tienes la culpa de nada, ¿entendido?
Aunque no hubiese acabado la frase, se podía saber lo que pensaba en su interior. Y la verdad, no me apetecía que se torturase de ese modo.
"No te preocupes, Yota-san. Una vecina nos ayuda con las cosas médicas. Fuera de ello, no hay nada que se pueda hacer. ¡En fin!" Juntó las manos, sonriente, queriendo dejar un tema así de melancólico detrás "Dime, ¿qué nuevas técnicas has aprendido? ¡Apuesto a que son geniales! Si se puede saber, claro..."
— Oh bueno, claro que se puede saber pero... bueno, digamos que es complicado. Aún me estoy familiarizando. Será mejor que te presente a alguien para que lo entiendas mejor
Silbé con fuerza tras colocar mis dedos meñique e índice estrategicamente cerca de las comisuras de los labios.
De entre el follaje apareció el inconfundible arácnido con el que ya empezaba a estrechar amistad. Era oscuro como la noche y en su abdomen se dibujaba un reloj de arena carmesí, mismo color que sus ocho ojos.
— Te presento a Kumopansa, Taeko-chan
El animal se acercó hasta la muchacha.
— ¡Hostias! — exclamó — Tenías que haberme dicho que te habías echado novia tio — indicó finalmente para acabar soltando una ligera y breve carcajada.
— es un poco impertinente, pero es una buena araña, ya te acostumbrarás
![[Imagen: K1lxG4r.png]](https://i.imgur.com/K1lxG4r.png)
![[Imagen: dlinHLO.png]](https://i.imgur.com/dlinHLO.png)
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa