20/01/2018, 21:28
Dejó escapar un largo y tendido suspiro, indicativo de que la comida le pesaba en el estómago pero iba circulando. También fue de placer, de estos que uno no puede evitar generar cuando la ingesta ha sido tan copiosa como satisfactoria.
Unos cinco minutos más y podría caminar. Aprovechó esa escasa ventana de tiempo para echarle un buen vistazo a la pelirroja mientras ella andaba enfrascada en su mundo de melancolía. O quizás tenía sueño, el Uchiha no estaba seguro. «¿Por qué estará siempre tan alicaída? ¿Qué le lleva a uno a estar siempre así...? ¿Será su forma de ser, o será su forma de llevar las desgracias?», torció el gesto a la par que reflexionaba.
«Me gustaría verla sonreír alguna vez. Quizás le estoy pidiendo peras al olmo.»
Se encogió de hombros.
—Hey, Ritsuko —la llamó—. Si quieres podemos irnos ya.
Unos cinco minutos más y podría caminar. Aprovechó esa escasa ventana de tiempo para echarle un buen vistazo a la pelirroja mientras ella andaba enfrascada en su mundo de melancolía. O quizás tenía sueño, el Uchiha no estaba seguro. «¿Por qué estará siempre tan alicaída? ¿Qué le lleva a uno a estar siempre así...? ¿Será su forma de ser, o será su forma de llevar las desgracias?», torció el gesto a la par que reflexionaba.
«Me gustaría verla sonreír alguna vez. Quizás le estoy pidiendo peras al olmo.»
Se encogió de hombros.
—Hey, Ritsuko —la llamó—. Si quieres podemos irnos ya.