22/01/2018, 08:25
La pelirroja parecía un manojo de nervios, estaba a la expectativa de cualquier otro ataque ya que el tercer hombre aparente se fue sin haber hecho nada, que solamente se quejo de sus compañeros y se fue. Los genin decidieron marcharse del lugar lo ante posible para evitar una nueva lucha no deseada, siguiendo la dirección en la que se encaminaba antes de la pelea.
Para fortuna de los genin ya nadie los perseguía, pero la tormenta seguía sin dar tregua y mientras caminan con la esperanza de encontrar un lugar para refugiar o por lo menos saber donde están parados.—A todo esto, ¿que haces en el país del fuego?, ¿estas de misión o simplemente de viaje?— La pregunta de Masaki era tan repentina como casual, al igual que su aburrimiento después de la pelea, va si se le puede decir pelea a la anterior situación.
Ahora mismo lo único que le importaba a Masaki era averiguar su actual ubicación y pedir indicaciones para dirigirse a Taikarune sin dar muchas mas vueltas de las que ya ha dado.«Dios, esto es eterno solo quiero encontrar un poblado o algo que nos ayude.» Parecía que la petición del genin eran escuchadas porque más adelante en su camino se podía divisar un pueblucho de menos de una docena de casa.—Parece que finalmente la suerte nos sonríe.—
Para fortuna de los genin ya nadie los perseguía, pero la tormenta seguía sin dar tregua y mientras caminan con la esperanza de encontrar un lugar para refugiar o por lo menos saber donde están parados.—A todo esto, ¿que haces en el país del fuego?, ¿estas de misión o simplemente de viaje?— La pregunta de Masaki era tan repentina como casual, al igual que su aburrimiento después de la pelea, va si se le puede decir pelea a la anterior situación.
Ahora mismo lo único que le importaba a Masaki era averiguar su actual ubicación y pedir indicaciones para dirigirse a Taikarune sin dar muchas mas vueltas de las que ya ha dado.«Dios, esto es eterno solo quiero encontrar un poblado o algo que nos ayude.» Parecía que la petición del genin eran escuchadas porque más adelante en su camino se podía divisar un pueblucho de menos de una docena de casa.—Parece que finalmente la suerte nos sonríe.—