23/01/2018, 23:35
Alguna fuerza extraña pareció adueñarse del cuerpo de la pelirroja obligándola a impregnarse las manos de aquella porquería que estaba pegada en los templos. Su expresión en esos momentos era un poema, es decir, ¿por qué había hecho tal cosa? ¿en la cabeza de quien entra una idea tan estúpida? Ni siquiera ella lograba dar con una buena respuesta y decidió dejar todo, tomar un trapo y humedecerlo en el balde para luego comenzar de nuevo con la limpieza.
Dejaría que su compañero se ocupase del anciano mientras ella adelantaba un poco el trabajo. Cuanto antes terminen mejor ya que se le hacía imposible contener la tos o incluso los mocos que siempre amenazaban con caer.
Dejaría que su compañero se ocupase del anciano mientras ella adelantaba un poco el trabajo. Cuanto antes terminen mejor ya que se le hacía imposible contener la tos o incluso los mocos que siempre amenazaban con caer.