23/01/2018, 23:53
—Crema, por favor —afirmó con una sonrisa.
El Uchiha era completamente ignorante hacia el lenguaje corporal ajeno. Resultaba irónico, teniendo en cuenta las propiedades tan codiciadas de su kekkei genkai.
Pero así como se mantenía, ajeno a la pena de la pelirroja, esperaba con ansia la bebida y las galletas que, poco después, fue consciente que iban a acompañarla. Ya se sentía mucho mejor. Como el rey del mundo, a decir verdad. Sentado allí, en el hogar de alguien que le gustaba y le había correspondido de una manera tan dulce, los dos solos, tranquilos, a punto de disfrutar de un buen té.
«A veces la vida es buena», se dijo. Por un momento lo olvidó todo: la matanza de Uji y las horribles vivencias que acontecieron después, el repentino coma de su hermana, su precaria situación en la aldea.
Lo único que quería era unas pocas galletas acompañadas, más tarde, de los labios de ella.
El Uchiha era completamente ignorante hacia el lenguaje corporal ajeno. Resultaba irónico, teniendo en cuenta las propiedades tan codiciadas de su kekkei genkai.
Pero así como se mantenía, ajeno a la pena de la pelirroja, esperaba con ansia la bebida y las galletas que, poco después, fue consciente que iban a acompañarla. Ya se sentía mucho mejor. Como el rey del mundo, a decir verdad. Sentado allí, en el hogar de alguien que le gustaba y le había correspondido de una manera tan dulce, los dos solos, tranquilos, a punto de disfrutar de un buen té.
«A veces la vida es buena», se dijo. Por un momento lo olvidó todo: la matanza de Uji y las horribles vivencias que acontecieron después, el repentino coma de su hermana, su precaria situación en la aldea.
Lo único que quería era unas pocas galletas acompañadas, más tarde, de los labios de ella.