24/01/2018, 21:48
El mozo suspiró. «Hoy no quiere colaborar nada ni nadie...», se lamentó en su fuero interno. ¡Menudo calvario de primera misión! ¿Iban a ser todas así? Le salía más rentable arriesgar una escapada de Kusagakure y vivir como un hermitaño, perdido en las montañas, viviendo de hierbas y algún animal doméstico que produjese leche o huevos agenciado de la aldea agrícola más cercana...
Todo vanas ilusiones, por supuesto. Además de que Ralexion no quería vivir en calidad de fugitivo, no podía abandonar a su hermana de aquella manera, por motivos tan superfluos. La única alternativa era ocuparse del presente encargo, a ser posible, de una forma satisfactoria para la villa, los clientes, y en general, todos los implicados... a excepción de los vándalos. A aquellos capullos se los podía llevar el Diablo y los podía violar analmente por toda la eternidad en lo que respectaba al Uchiha.
—Mire, ¿qué ofrenda, exactamente, se han llevado? ¿Qué le otorgó al santuario? —interrogó con seriedad, interrumpiendo los llantos ajenos.
Si sabía lo que había sido sustraído, al menos tendría claro a qué atenerse. ¿Era dinero, comida, o algo distinto?
Siguió tosiendo. Al menos la conversación le estaba desviando la mente de sus temblores y, a grandes rasgos, de su patéticamente cochambroso estado físico.
Todo vanas ilusiones, por supuesto. Además de que Ralexion no quería vivir en calidad de fugitivo, no podía abandonar a su hermana de aquella manera, por motivos tan superfluos. La única alternativa era ocuparse del presente encargo, a ser posible, de una forma satisfactoria para la villa, los clientes, y en general, todos los implicados... a excepción de los vándalos. A aquellos capullos se los podía llevar el Diablo y los podía violar analmente por toda la eternidad en lo que respectaba al Uchiha.
—Mire, ¿qué ofrenda, exactamente, se han llevado? ¿Qué le otorgó al santuario? —interrogó con seriedad, interrumpiendo los llantos ajenos.
Si sabía lo que había sido sustraído, al menos tendría claro a qué atenerse. ¿Era dinero, comida, o algo distinto?
Siguió tosiendo. Al menos la conversación le estaba desviando la mente de sus temblores y, a grandes rasgos, de su patéticamente cochambroso estado físico.