25/01/2018, 19:29
A pesar de la actitud de la pelirroja que a más de uno molestaba, Ralexion aceptó más que encantado la propuesta y hasta se lanzó encima de ella para dedicarle infinidad de besos mientras la abrazaba.
Ella, al no estar acostumbrada, no supo cómo responder y se quedó estática tratando de controlar los pequeños espasmos que le generaban los besos debido a las cosquillas. Era difícil para ella pero por suerte no lo golpeó por error ni nada similar.
Una vez que el chico estuvo satisfecho, soltó a la kunoichi y siguió con el té, aunque el cómo la había liberado de golpe le había resultado un tanto extraño y ella le miró, como esperando algo más. Era una sensación extraña, al menos para ella.
La cosa es que Ritsuko nunca supo nada de parejas ni nada similar, así que luego de todo aquello ya ni siquiera supo qué más hacer. Miraba a un lado, miraba a otro, no quería interrumpir a su pareja con el té, pero tampoco le gustaba la idea de quedarse sin hacer nada durante el resto del rato.
—Entonces… ¿qué hacemos? —preguntó con tono tembloroso.
Ella, al no estar acostumbrada, no supo cómo responder y se quedó estática tratando de controlar los pequeños espasmos que le generaban los besos debido a las cosquillas. Era difícil para ella pero por suerte no lo golpeó por error ni nada similar.
Una vez que el chico estuvo satisfecho, soltó a la kunoichi y siguió con el té, aunque el cómo la había liberado de golpe le había resultado un tanto extraño y ella le miró, como esperando algo más. Era una sensación extraña, al menos para ella.
La cosa es que Ritsuko nunca supo nada de parejas ni nada similar, así que luego de todo aquello ya ni siquiera supo qué más hacer. Miraba a un lado, miraba a otro, no quería interrumpir a su pareja con el té, pero tampoco le gustaba la idea de quedarse sin hacer nada durante el resto del rato.
—Entonces… ¿qué hacemos? —preguntó con tono tembloroso.