26/01/2018, 16:01
Una carta se deslizó por debajo de la puerta del departamento del calvo mientras este consumía su té diario matutino y miraba la ciudad por el ventanal que tenía. Debido a la altura del edificio, la vista no solo era magnífica si no que también amplia. Karamaru, ya cambiado con sus ropas usuales, dejó la bebida a un lado y se dispuso a abrir el sobre y leer su contenido que citaba:
"Se es necesaria tu en el edificio de la Arashikage lo antes posible para recibir instrucciones de una futura misión.
Es indispensable y primordial que lo hagas a la brevedad."
Sorprendido, Karamaru no pudo siquiera terminar su taza de té antes de preparar su mochila de viaje, su túnica y su kasa y partir lo más rápido posible. Allí, tras presentar el papel a la recepcionista, se le dirigió a una sala donde un jonin comenzó a hablar ni bien el pelado entró con su sombrero colgado al cuello. Unos cuántos pergaminos adornaban la mesa central y el hombre no para de llevar su índice de uno a otro explicando los detalles del encargo del que se tenía que ocupar.
Muy bien, partiré de inmediato.
Sin embargo, antes de salir de la aldea, pasó una vez más por su casa para poder cumplir con los requisitos de incógnito. Se quitó toda vestimenta del torso, excepto su musculosa negra, junto a las vendas que le cubrían los brazos. Sus botas ninja y su bandana que lo representaba como shinobi de Amegakure también quedarían en la ciudad. Por otro parte, se colocó unos guantes negros y unos zori del mismo color bajo sus desnudos pies. Una túnica sin mangas de color amarillo le llegaba hasta bajo las rodillas para terminar de darle al monje un aspecto diferente.
Sin su mochila, y sin más equipamiento que su portaobjetos detrás de la cintura cubierto por la túnica y algunos cuantos ryos en el bolsillo, Karamaru llegó al punto de encuentro. Postrado sobre la rama de un árbol, y sin poder evitar sonreír, pudo ver al hombre con el que hacía poco tiempo había recorrido un arduo camino junto a una mujer que parecía que estaba recién llegada.
—Encantado de verte de nuevo Uchiha.- el calvo bajó de un salto al suelo para luego comenzar a caminar en su dirección.
—Veo que andas acompañado, ¿Compañera nuestra?- esta vez se dirigía a la mujer frente a quién había hecho una ligera reverencia antes de presentarse.
—Habaki Karamaru, un placer.
"Se es necesaria tu en el edificio de la Arashikage lo antes posible para recibir instrucciones de una futura misión.
Es indispensable y primordial que lo hagas a la brevedad."
Sorprendido, Karamaru no pudo siquiera terminar su taza de té antes de preparar su mochila de viaje, su túnica y su kasa y partir lo más rápido posible. Allí, tras presentar el papel a la recepcionista, se le dirigió a una sala donde un jonin comenzó a hablar ni bien el pelado entró con su sombrero colgado al cuello. Unos cuántos pergaminos adornaban la mesa central y el hombre no para de llevar su índice de uno a otro explicando los detalles del encargo del que se tenía que ocupar.
Muy bien, partiré de inmediato.
Sin embargo, antes de salir de la aldea, pasó una vez más por su casa para poder cumplir con los requisitos de incógnito. Se quitó toda vestimenta del torso, excepto su musculosa negra, junto a las vendas que le cubrían los brazos. Sus botas ninja y su bandana que lo representaba como shinobi de Amegakure también quedarían en la ciudad. Por otro parte, se colocó unos guantes negros y unos zori del mismo color bajo sus desnudos pies. Una túnica sin mangas de color amarillo le llegaba hasta bajo las rodillas para terminar de darle al monje un aspecto diferente.
***
Sin su mochila, y sin más equipamiento que su portaobjetos detrás de la cintura cubierto por la túnica y algunos cuantos ryos en el bolsillo, Karamaru llegó al punto de encuentro. Postrado sobre la rama de un árbol, y sin poder evitar sonreír, pudo ver al hombre con el que hacía poco tiempo había recorrido un arduo camino junto a una mujer que parecía que estaba recién llegada.
—Encantado de verte de nuevo Uchiha.- el calvo bajó de un salto al suelo para luego comenzar a caminar en su dirección.
—Veo que andas acompañado, ¿Compañera nuestra?- esta vez se dirigía a la mujer frente a quién había hecho una ligera reverencia antes de presentarse.
—Habaki Karamaru, un placer.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘