26/01/2018, 23:44
Aunque fuese increíble, aquella era la verdad sobre la kunoichi, o por lo menos el motivo por el que rondaba por el país del Fuego en lugar de estarse por la aldea o por el país del Bosque. En cualquier caso, la pelirroja esperaba encontrar la manera de llegar de vuelta a su hogar antes de verse obligada a recurrir a medidas de supervivencia extremas.
En aquel preciso instante la mente de la chica estaba centrada en conseguirse un lugar donde refugiarse de la tormenta, por suerte aquel pueblucho tenía una posada en la que resultaron ser bastante hospitalarios, lo suficiente para que se les entregasen unas toallas sin necesidad de pedirlas.
—Muchas gracias —dijo tímidamente, aceptando una de las toallas.
De momento se tendría que conformar con secarse de forma superficial, y escurrir el excedente de agua de su ropa y cabello.
Aunque una bebida caliente nunca venía mal, y por suerte el posadero estaba más que dispuesto a atenderles.
—Yo quisiera chocolate caliente, por favor —afirmó, mostrándose incapaz de borrar aquella depresiva expresión de su rostro.
En aquel preciso instante la mente de la chica estaba centrada en conseguirse un lugar donde refugiarse de la tormenta, por suerte aquel pueblucho tenía una posada en la que resultaron ser bastante hospitalarios, lo suficiente para que se les entregasen unas toallas sin necesidad de pedirlas.
—Muchas gracias —dijo tímidamente, aceptando una de las toallas.
De momento se tendría que conformar con secarse de forma superficial, y escurrir el excedente de agua de su ropa y cabello.
Aunque una bebida caliente nunca venía mal, y por suerte el posadero estaba más que dispuesto a atenderles.
—Yo quisiera chocolate caliente, por favor —afirmó, mostrándose incapaz de borrar aquella depresiva expresión de su rostro.