29/01/2018, 01:14
Corre, sigue corriendo. Que importa tu tostada que se ha mojado y ha quedado prácticamente incomible, ya la botarás después, lo que nos importa es que llegues antes que empiecen a dar los nombre y formar los equipos – vamos, vamos – frente a ti se ve la academia, lo estás logrando, solo debes esforzarte un poco más. Pasan tres minutos cuando te pones bajo techo, sientes un alivio de estar en el lugar, solo falta saber en qué salón será. Corres en tu posición, leyendo la información – penúltimo piso, lo tengo – sin más sales como un rayo, subiendo las escaleras. Durante el trayecto chocas con más de un estudiante debido a tu apuro, a uno de ellos le dejas estampada la tostada. Solo le pides perdón y continuas, creo que deberías tomarte las cosas con más calma.
Llegas al penúltimo piso y abres la puerta corrediza de golpe – perdón por llegar tarde – todos dentro de quedan mirando sorprendidos, tu no te quedas atrás. Tienes los ojos abiertos como platos, pestañeas dos veces y sonrojas de vergüenza – ¿E…este es el salón para formar los equipos ninjas? – preguntas sabiendo la respuesta, debes salir de está situación de alguna forma. Una persona parada en frente de los demás impera – vuelvan a lo suyo – claramente es el maestro a cargo. Con un sello desaparece de tu vista, reapareciendo frente a ti – ¡KYAAA! – exclamas asustada, cayendo de culo al suelo – este es el examen escrito para no quedar en las clases de verano – vuelves a pestañear. Luego apunta al cartel que se haya frente a ti para confirmarlo – la formación de los equipos es en el piso de abajo – señala hacia el suelo. Te levantas raudamente – g…gracias – das media vuelta y vuelves a retomar tu camino.
No sabes con cuanto retraso has llegado, no vale la pena contabilizarlo en este momento. Entras al salón, sin mirar a nadie y tratas de ubicarte en el puesto más cercano a la puerta, todo sea con tal de no llamar tanto la atención. Lo hubieses logrado, pero resbalas al tratar de sentarte, cayendo nuevamente sobre tu trasero, como rebote, te golpeas en la frente con la punta del escritorio, justo en el chichón que te hiciste al levantarte, te muerdes el labio superior para soportar el dolor y la vergüenza. Como si nada, y cuidando lo poco que te queda de dignidad, te levantas y sientas, ignorando lo ocurrido.
Llegas al penúltimo piso y abres la puerta corrediza de golpe – perdón por llegar tarde – todos dentro de quedan mirando sorprendidos, tu no te quedas atrás. Tienes los ojos abiertos como platos, pestañeas dos veces y sonrojas de vergüenza – ¿E…este es el salón para formar los equipos ninjas? – preguntas sabiendo la respuesta, debes salir de está situación de alguna forma. Una persona parada en frente de los demás impera – vuelvan a lo suyo – claramente es el maestro a cargo. Con un sello desaparece de tu vista, reapareciendo frente a ti – ¡KYAAA! – exclamas asustada, cayendo de culo al suelo – este es el examen escrito para no quedar en las clases de verano – vuelves a pestañear. Luego apunta al cartel que se haya frente a ti para confirmarlo – la formación de los equipos es en el piso de abajo – señala hacia el suelo. Te levantas raudamente – g…gracias – das media vuelta y vuelves a retomar tu camino.
No sabes con cuanto retraso has llegado, no vale la pena contabilizarlo en este momento. Entras al salón, sin mirar a nadie y tratas de ubicarte en el puesto más cercano a la puerta, todo sea con tal de no llamar tanto la atención. Lo hubieses logrado, pero resbalas al tratar de sentarte, cayendo nuevamente sobre tu trasero, como rebote, te golpeas en la frente con la punta del escritorio, justo en el chichón que te hiciste al levantarte, te muerdes el labio superior para soportar el dolor y la vergüenza. Como si nada, y cuidando lo poco que te queda de dignidad, te levantas y sientas, ignorando lo ocurrido.