30/01/2018, 00:44
El pelinegro rió todavía más. Casi se cae de la silla debido al ataque de carcajadas que las afirmaciones de su acompañante le provocaron. «¡El matrimonio, dice! ¡JAJAJA! En parte tiene razón, pero no me refería a eso...», se jactó en su fuero interno. Retiró una pequeña lágrima que había hecho acto de presencia en su ojo derecho, dado todo el jolgorio.
—¡No, no! ¡No hablaba del matrimonio, Ritsuko! ¡Espera unos cuantos años más para eso! —golpeó la mesa un par de veces— Si no sabes a lo que me refiero no pasa nada, olvídalo.
Le tomó las manos y sonrió. Al menos él lo había pasado bien.
—¡No, no! ¡No hablaba del matrimonio, Ritsuko! ¡Espera unos cuantos años más para eso! —golpeó la mesa un par de veces— Si no sabes a lo que me refiero no pasa nada, olvídalo.
Le tomó las manos y sonrió. Al menos él lo había pasado bien.