30/01/2018, 13:14
Daruu tosió, mirando de reojo los platos sobre la mesa. Se revolvió, incómodo. Tosió un par de veces más, haciéndose el distraído, intentando no mirar a Kōri ni a Ayame a los ojos. Tosió. Bebió agua. Suspiró. Bebió agua.
—Disculpad, necesito ir al baño —anunció, se levantó de la silla y se alejó hacia el servicio.
Al cabo de unos minutos, volvió a sentarse y volvió a mirar por la ventana, a toser y a beber agua.
La camarera vino un poco después y puso un plato de pezqueñines encima de la mesa.
—Muchas gracias.
Tosió. Bebió agua. Cogió un pedazo de pescado y lo mojó en la salsa. Lo mordió.
Dejó el pedazo encima de la mesa.
Se cruzó de brazos.
—¿Y por qué le llaman pezqueñines si son los palitos de pescado de siempre? —susurró en un grito, inclinándose hacia sus compañeros, como si estos pudieran hablarle con la mirada—. Hala, ya podéis dejar de mirarme así. A comer. Que aproveche. Mmh qué rico y todo eso. Puf.
Se concentró en su comida.
—Disculpad, necesito ir al baño —anunció, se levantó de la silla y se alejó hacia el servicio.
Al cabo de unos minutos, volvió a sentarse y volvió a mirar por la ventana, a toser y a beber agua.
La camarera vino un poco después y puso un plato de pezqueñines encima de la mesa.
—Muchas gracias.
Tosió. Bebió agua. Cogió un pedazo de pescado y lo mojó en la salsa. Lo mordió.
Dejó el pedazo encima de la mesa.
Se cruzó de brazos.
—¿Y por qué le llaman pezqueñines si son los palitos de pescado de siempre? —susurró en un grito, inclinándose hacia sus compañeros, como si estos pudieran hablarle con la mirada—. Hala, ya podéis dejar de mirarme así. A comer. Que aproveche. Mmh qué rico y todo eso. Puf.
Se concentró en su comida.