31/01/2018, 00:20
Finalmente paró de reír, tomó aire y quedó en silencio, más serio, en total contraste con su actitud de hacía apenas unos instantes. «Bueno... yo me he metido en esto solito, así que será mejor que se lo diga ya, no vaya a ser que se cabree de verdad...», se recriminó.
—Pues... ya sabes... eso que hacen los adultos... —explicó como buenamente pudo, más rojo que un tomate— Eso... h-hacer el... a... a... a...
No fue capaz de encontrar la fuerza de voluntad suficiente para finalizar la frase, demostrando su cómica infantilidad. Ritsuko ya le estaba apretando las manos, pero él las apretó todavía más, inconscientemente.
—Pues... ya sabes... eso que hacen los adultos... —explicó como buenamente pudo, más rojo que un tomate— Eso... h-hacer el... a... a... a...
No fue capaz de encontrar la fuerza de voluntad suficiente para finalizar la frase, demostrando su cómica infantilidad. Ritsuko ya le estaba apretando las manos, pero él las apretó todavía más, inconscientemente.