31/01/2018, 15:03
Una vez te incorporas a la situación, ya sentada y mirando directamente a Jun-sensei, solo puedes decir – ¿Queee? – llegaste tarde a la explicación y sus últimas palabras, si bien sirven como resumen, están fuera de contexto. – Vaya… adiós… creo – le dices sin ser escuchada, concluyendo lo obvio. Solo resta esperar que llegue el Jounin, los nombre y listo, equipo formado. Al principio te mantienes entusiasmada, expectante a la llamada, pero tras veinte minutos de espera se te puede ver recostada sobre el pupitre, ignorando por completo tu ropa mojada o la posa que se ha formado bajo la silla debido el goteo de la misma. La extraña costumbre que obtienen los habitantes de Amegakure.
Tras treinta minutos de haber empezado el llamado de grupos, te encuentras en la misma posición, pero durmiendo bajo la armoniosa melodía que otorga la lluvia chocando contra el cristal de la ventana – mamá, no quiero ir a la academia hoy… quiero ayudarte en la cocina – musitas estando dentro de tus sueños, reacomodándote en el pupitre.
Justo antes de que se cumplan los cuarenta minutos, comienzas a espabilar. Te levantas tipo zombi de la mesa y miras hacia la puerta con rostro somnoliento, luego volteas para saber cuantos quedan, como también, tratar de unir cables y volver a la realidad – esto… ¿En qué estamos? – cuestionas para dar un largo bostezo. Solo son tres egresados los que se hayan en el aula, tu incluida – ya veo… somos los últimos – es fácil de deducir cuando los Jounin han llamado siempre a tres ninjas para formar el grupo.
Te levantas golpeando tus mejillas con sutileza – ¿Cuánto llevamos esperando? – miras por la ventana notando el típico clima de la aldea.
Tras treinta minutos de haber empezado el llamado de grupos, te encuentras en la misma posición, pero durmiendo bajo la armoniosa melodía que otorga la lluvia chocando contra el cristal de la ventana – mamá, no quiero ir a la academia hoy… quiero ayudarte en la cocina – musitas estando dentro de tus sueños, reacomodándote en el pupitre.
Justo antes de que se cumplan los cuarenta minutos, comienzas a espabilar. Te levantas tipo zombi de la mesa y miras hacia la puerta con rostro somnoliento, luego volteas para saber cuantos quedan, como también, tratar de unir cables y volver a la realidad – esto… ¿En qué estamos? – cuestionas para dar un largo bostezo. Solo son tres egresados los que se hayan en el aula, tu incluida – ya veo… somos los últimos – es fácil de deducir cuando los Jounin han llamado siempre a tres ninjas para formar el grupo.
Te levantas golpeando tus mejillas con sutileza – ¿Cuánto llevamos esperando? – miras por la ventana notando el típico clima de la aldea.