1/02/2018, 18:52
El camino hasta el último santuario era sensiblemente más largo que el de los demás. A pesar de su buen humor y energías renovadas, Ralexion iba sintiendo la sombra del cansancio a sus espaldas. Lo peor era el prospecto de tener que deshacer todo lo andado cuando rematasen ese encargo. No estaría de más otra paradita en el puesto de ramen, si seguía ahí cuando retornasen...
El moreno pudo observar un copioso grupo de gente durante la aproximación al santuario. El aspecto y exaltada predisposición de los presentes le llevaron a alzar una ceja. No le encajaba que fuesen peregrinos, y sus sospechas se vieron confirmadas cuando uno de ellos le señaló a él y a su compañera para entonces comenzar a exhalar un discurso digno de político populista.
«No me pagan lo suficiente como para aguantar esta mierda.».
Un fuego muy peligroso se encendió en la psique del Uchiha: el de un campesino cabreado que está agotado tras trabajar durante toda la jornada. La mala leche que le corrompía las neuronas provenía de su campechana infancia en Uji.
Se aclaró la voz.
—No, somos los ninja que los monjes han contratado para que arreglemos los desperfectos que VOSOTROS habéis ocasionado en los santuarios —reveló con una macabra sonrisa en sus labios.
El moreno pudo observar un copioso grupo de gente durante la aproximación al santuario. El aspecto y exaltada predisposición de los presentes le llevaron a alzar una ceja. No le encajaba que fuesen peregrinos, y sus sospechas se vieron confirmadas cuando uno de ellos le señaló a él y a su compañera para entonces comenzar a exhalar un discurso digno de político populista.
«No me pagan lo suficiente como para aguantar esta mierda.».
Un fuego muy peligroso se encendió en la psique del Uchiha: el de un campesino cabreado que está agotado tras trabajar durante toda la jornada. La mala leche que le corrompía las neuronas provenía de su campechana infancia en Uji.
Se aclaró la voz.
—No, somos los ninja que los monjes han contratado para que arreglemos los desperfectos que VOSOTROS habéis ocasionado en los santuarios —reveló con una macabra sonrisa en sus labios.