1/02/2018, 21:55
La caminata se le hizo algo más pesada de lo que debería, seguramente porque la había estado pasando fatal incluyendo un resfriado que por suerte ya estaba cediendo. Aunque no quitaba que estuviese cansada y algo irritable.
Un tiempo después, cuando finalmente llegaron al último de los santuarios, se encontraron con una banda de gente claramente mayor que ellos dos pero por lo que se podía apreciar en sus vestimentas no tenían ningún tipo de entrenamiento a diferencia de los dos shinobis. Pero Ritsuko prefirió guardar silencio y mirar con su expresión melancólica, esperando que su compañero explicase el motivo de que aquellos dos de Kusagakure hayan decidido aparecerse por la zona.
Tristemente, el Uchiha parecía estar bastante malhumorado así que terminó hablando como si tratase de amenazar a todos esos y… hasta cierto punto parecía estar re-afirmando —no con palabras— lo que el chico les había estado diciendo.
—Nosotros no vinimos a reprimir a nadie y tampoco a hablar sobre ninguna religión, solamente vinimos a reparar el templo como nos lo ordenaron nuestros superiores —afirmó la kunoichi que parecía dispuesta a esconderse detrás de su compañero, aunque con un poco de su fuerza de voluntad logró mantenerse a su lado y no detrás.
Solo esperaba que aquellos individuos entendieran y les permitieran terminar el trabajo por las buenas.
Un tiempo después, cuando finalmente llegaron al último de los santuarios, se encontraron con una banda de gente claramente mayor que ellos dos pero por lo que se podía apreciar en sus vestimentas no tenían ningún tipo de entrenamiento a diferencia de los dos shinobis. Pero Ritsuko prefirió guardar silencio y mirar con su expresión melancólica, esperando que su compañero explicase el motivo de que aquellos dos de Kusagakure hayan decidido aparecerse por la zona.
Tristemente, el Uchiha parecía estar bastante malhumorado así que terminó hablando como si tratase de amenazar a todos esos y… hasta cierto punto parecía estar re-afirmando —no con palabras— lo que el chico les había estado diciendo.
—Nosotros no vinimos a reprimir a nadie y tampoco a hablar sobre ninguna religión, solamente vinimos a reparar el templo como nos lo ordenaron nuestros superiores —afirmó la kunoichi que parecía dispuesta a esconderse detrás de su compañero, aunque con un poco de su fuerza de voluntad logró mantenerse a su lado y no detrás.
Solo esperaba que aquellos individuos entendieran y les permitieran terminar el trabajo por las buenas.