2/02/2018, 00:50
—¡Será vosotros y vosotras! —puntualizó la muchacha que antes había corregido al de la coleta.
El grupo de estudiantes comenzó a cuchichear y hablar, dándose la razón, quitándosela y debatiendo animadamente sobre el uso del lenguaje inclusivo en Oonindo. Mientras tanto, el que parecía el líder de ellos se cruzó de brazos y lanzó una mirada a los shinobi cargada de marcada soberbia intelectual.
—¡Estas edificaciones son el símbolo de la opresión religiosa sobre el pueblo de Mori no Kuni! ¡Construídas con el dinero que se recauda de nuestros impuestos! —argumentó, encendido—. ¿A alguno os preguntó nuestro líder opresor, el Daimyo, si queríais invertir vuestro dinero en estos homenajes a la fe ciega?
La respuesta de sus compañeros fue un unánime "¡no!", puño en alto.
—Por eso nosotros, los estudiantes de la escuela de filosofía de Tane-Shigai, hemos decidido llevar a cabo las acciones reivindicativas a las que os referís! ¡La religión es el opio del pueblo! —gritó—. Los fundamentos de una sociedad mejor deben cimentarse sobre la razón y la crítica, no sobre absurdas supersticiones.
El grupo de estudiantes comenzó a cuchichear y hablar, dándose la razón, quitándosela y debatiendo animadamente sobre el uso del lenguaje inclusivo en Oonindo. Mientras tanto, el que parecía el líder de ellos se cruzó de brazos y lanzó una mirada a los shinobi cargada de marcada soberbia intelectual.
—¡Estas edificaciones son el símbolo de la opresión religiosa sobre el pueblo de Mori no Kuni! ¡Construídas con el dinero que se recauda de nuestros impuestos! —argumentó, encendido—. ¿A alguno os preguntó nuestro líder opresor, el Daimyo, si queríais invertir vuestro dinero en estos homenajes a la fe ciega?
La respuesta de sus compañeros fue un unánime "¡no!", puño en alto.
—Por eso nosotros, los estudiantes de la escuela de filosofía de Tane-Shigai, hemos decidido llevar a cabo las acciones reivindicativas a las que os referís! ¡La religión es el opio del pueblo! —gritó—. Los fundamentos de una sociedad mejor deben cimentarse sobre la razón y la crítica, no sobre absurdas supersticiones.