6/02/2018, 18:35
El reencuentro entre todos fue el más extraño que sin duda el dueño de la casa presenció después de todas las veces que había jugado a ese juego. Jin —el verdadero— había rehuido a Juro, había negado su propia identidad y parecía que se daba por vencido, significando que acabaría con la vida de aquellos tres chicos y con la suya propia.
Los otros tres, indecisos y confusos, no sabían qué hacer, y sabían que se les estaba agotando el tiempo. Riko tomó a uno de los dos Jin y obligó a que se quedase allí, con ellos.
El otro de los dos simplemente miraba al otro Jin, sorprendido y anonadado, sin saber muy bien qué decir. ¿Aquello era una broma?
Ayame actuó rápidamente e hizo una pequeña pero muy importante pregunta, ¿cómo se celebraba el otoño en Amegakure? Aquello sería sencillo para él, pero desconocido para Juro y Riko. El Jin que la había acompañado todo el tiempo esperó pacientemente a que el otro hablase, y si éste lo hacía, él contestaría:
—Los Deseos Ahogados —murmuró, haciendo memoria —. Llenamos una urna con deseos y la dejamos en un barco, la echamos al mar y un rayo cae sobre el mástil, haciendo que se hunda la urna... —hizo una breve pausa —. Se dice que, si se reza, tu deseo logra hacerse realidad.
Ayame lo había intentado. Pero había solo una cosa que uno de aquellos sabía, solo una persona, y era el verdadero, solo el verdadero, el que lo sabía.
Él no era Jin.
Los otros tres, indecisos y confusos, no sabían qué hacer, y sabían que se les estaba agotando el tiempo. Riko tomó a uno de los dos Jin y obligó a que se quedase allí, con ellos.
El otro de los dos simplemente miraba al otro Jin, sorprendido y anonadado, sin saber muy bien qué decir. ¿Aquello era una broma?
Ayame actuó rápidamente e hizo una pequeña pero muy importante pregunta, ¿cómo se celebraba el otoño en Amegakure? Aquello sería sencillo para él, pero desconocido para Juro y Riko. El Jin que la había acompañado todo el tiempo esperó pacientemente a que el otro hablase, y si éste lo hacía, él contestaría:
—Los Deseos Ahogados —murmuró, haciendo memoria —. Llenamos una urna con deseos y la dejamos en un barco, la echamos al mar y un rayo cae sobre el mástil, haciendo que se hunda la urna... —hizo una breve pausa —. Se dice que, si se reza, tu deseo logra hacerse realidad.
Ayame lo había intentado. Pero había solo una cosa que uno de aquellos sabía, solo una persona, y era el verdadero, solo el verdadero, el que lo sabía.
Él no era Jin.
![[Imagen: MsR3sea.png]](https://i.imgur.com/MsR3sea.png)
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