18/08/2015, 19:19
Hoy era el gran día, el tan esperado día en el que nuestros esfuerzos y, nuestro tesón se verían reconocidos. Nuestro honorable Morikage nos concedería nuestra tan ansiada insignia, que nos nombraría genins de la aldea oculta de la Hierba. Mi abuelo estaba incluso más emocionado que yo, y pensar que no hace mucho estaba en contra de esto...
-¡YOSHIIIIIIIIIIIIIIIII!, ¡prepárate que hoy es el día! Y en efecto, Eita estaba más nervioso que yo. Creo que conforme superaba las pruebas sin problemas durante mi instrucción, se dio cuenta de que había nacido para seguir el legado de mis padres.
-¡Ya voyyyy! Dije en voz alta para que se percatara de que estaba despierto, es más, llevaba varias horas despierto. Me aseé a conciencia y preparé mis ropas para que estuviera todo perfecto. Una vez listo, me dirigí hacía la entrada principal en donde mi abuelo estaba esperando, más elegante de lo que era habitual.
"Que extraño..." No podía significar otra cosa, mi abuelo venía al evento a ver a su nieto graduarse como genin. -Abuelo...¿Que haces? Le pregunté extrañado, aunque intuía la respuesta.
-¿Como que qué hago?¿Estás tonto? Voy a ver a mi nieto convertirse en un shinobi...Respondió emocionado.
-Abuelo...no es necesario...pero si insistes...
-¡Pamplinas! Ayer cuando cerré la tienda puse un cartel diciendo de que no tenía intención de abrir...¿Sabes? cuando tu padre se graduó no pude ir a ver como le entregaban su hitai-ate y, esta vez, pienso enmendar mi error viendo a mi nieto.
Estaba claro que mi abuelo antes de regentar la pequeña tienda, se dedicaba a otra cosa, pero no tengo ni idea de que...
-Bueno abuelo, pues vayamos hacía allá.
Nos dirigimos hacía el estadio del bambú sin más demora, solo había que seguir a todo el pueblo que parecía que se dirigía hacía la misma dirección. El estadio, estaba minuciosamente decorado y el entrada, nos teníamos que separar.
-Abuelo, me dirijo hacía mis compañeros de promoción ¿De acuerdo?.
-Muy bien hijo, yo estaré viéndote desde las gradas.
Y así fue, todos mis compañeros con los que pasé mi temporada en la academia estaban colocándose al pie de la tarima, esperando a ser llamados, y es ahí hacía donde me dirigí. Esperando a que todo comenzara mientras leía uno de mis queridos libros.
"¿Por donde me había quedado? ¡Ajá! por aquí..."
-¡YOSHIIIIIIIIIIIIIIIII!, ¡prepárate que hoy es el día! Y en efecto, Eita estaba más nervioso que yo. Creo que conforme superaba las pruebas sin problemas durante mi instrucción, se dio cuenta de que había nacido para seguir el legado de mis padres.
-¡Ya voyyyy! Dije en voz alta para que se percatara de que estaba despierto, es más, llevaba varias horas despierto. Me aseé a conciencia y preparé mis ropas para que estuviera todo perfecto. Una vez listo, me dirigí hacía la entrada principal en donde mi abuelo estaba esperando, más elegante de lo que era habitual.
"Que extraño..." No podía significar otra cosa, mi abuelo venía al evento a ver a su nieto graduarse como genin. -Abuelo...¿Que haces? Le pregunté extrañado, aunque intuía la respuesta.
-¿Como que qué hago?¿Estás tonto? Voy a ver a mi nieto convertirse en un shinobi...Respondió emocionado.
-Abuelo...no es necesario...pero si insistes...
-¡Pamplinas! Ayer cuando cerré la tienda puse un cartel diciendo de que no tenía intención de abrir...¿Sabes? cuando tu padre se graduó no pude ir a ver como le entregaban su hitai-ate y, esta vez, pienso enmendar mi error viendo a mi nieto.
Estaba claro que mi abuelo antes de regentar la pequeña tienda, se dedicaba a otra cosa, pero no tengo ni idea de que...
-Bueno abuelo, pues vayamos hacía allá.
Nos dirigimos hacía el estadio del bambú sin más demora, solo había que seguir a todo el pueblo que parecía que se dirigía hacía la misma dirección. El estadio, estaba minuciosamente decorado y el entrada, nos teníamos que separar.
-Abuelo, me dirijo hacía mis compañeros de promoción ¿De acuerdo?.
-Muy bien hijo, yo estaré viéndote desde las gradas.
Y así fue, todos mis compañeros con los que pasé mi temporada en la academia estaban colocándose al pie de la tarima, esperando a ser llamados, y es ahí hacía donde me dirigí. Esperando a que todo comenzara mientras leía uno de mis queridos libros.
"¿Por donde me había quedado? ¡Ajá! por aquí..."