13/02/2018, 18:15
—Tranquilo, no pasa nada.— Comenté restandole importancia al asunto.
Rápidamente el semblante de Uchiha cambió, su cara demostraba cierto cansancio y cierta resignación... Indistintamente de su estado de ánimos aceptó dedicar su tiempo a charlar conmigo por un par de minutos, o el tiempo que fuera necesario, puesto que ahora tenía de sobra.
Me puse en marcha y seguí sus pasos, no dije nada en el trayecto, simplemente me quedé observando el panorama a nuestro alrededor, pude observar con claridad una planicie de pasto verde, a lo lejos pude notar como un grupo de vacas eran custodiadas por un granjero y un canino; nada fuera de lo común. Terminaríamos llegando a un roble de tamaño considerable y raíces prominentes, aproveché una de las mismas para sentarme y mirar al pelinegro esperando a que empezara a relatar.
—Entiendo, ya vas de vuelta a tu aldea...— Comenté pensando en el grupo de vándalos, seguramente se dedicaban a la extorsión, robo, sicariato o contrabando, era lo más común. —Quién diría que un grupo como ese se oculte en pueblos tan tranquilos como este.— Dije al ver el campo minado de hierba a nuestro alrededor, al sentir la caricia del viento y la tranquilidad del ambiente. —Seguramente envíen un equipo de rastreo para deshabilitarlos.— Manifesté con sinceridad.
—Lo mío es más trivial...— Miré directamente al de ojos negros.—Le debía un favor a un colega y traje un paquete a un familiar de él, aproveché que estaba por aquí y decidí comprar carne, es más barata por estas tierras.— Y entonces levanté la mano dejando ver la bolsa en dónde tenía el trozo de res.
—¿Hay algo interesante por aquí? Algo que ver, un lugar para visitar... No sé.—
Rápidamente el semblante de Uchiha cambió, su cara demostraba cierto cansancio y cierta resignación... Indistintamente de su estado de ánimos aceptó dedicar su tiempo a charlar conmigo por un par de minutos, o el tiempo que fuera necesario, puesto que ahora tenía de sobra.
Me puse en marcha y seguí sus pasos, no dije nada en el trayecto, simplemente me quedé observando el panorama a nuestro alrededor, pude observar con claridad una planicie de pasto verde, a lo lejos pude notar como un grupo de vacas eran custodiadas por un granjero y un canino; nada fuera de lo común. Terminaríamos llegando a un roble de tamaño considerable y raíces prominentes, aproveché una de las mismas para sentarme y mirar al pelinegro esperando a que empezara a relatar.
—Entiendo, ya vas de vuelta a tu aldea...— Comenté pensando en el grupo de vándalos, seguramente se dedicaban a la extorsión, robo, sicariato o contrabando, era lo más común. —Quién diría que un grupo como ese se oculte en pueblos tan tranquilos como este.— Dije al ver el campo minado de hierba a nuestro alrededor, al sentir la caricia del viento y la tranquilidad del ambiente. —Seguramente envíen un equipo de rastreo para deshabilitarlos.— Manifesté con sinceridad.
—Lo mío es más trivial...— Miré directamente al de ojos negros.—Le debía un favor a un colega y traje un paquete a un familiar de él, aproveché que estaba por aquí y decidí comprar carne, es más barata por estas tierras.— Y entonces levanté la mano dejando ver la bolsa en dónde tenía el trozo de res.
—¿Hay algo interesante por aquí? Algo que ver, un lugar para visitar... No sé.—