18/08/2015, 22:13
La ceremonía dió comienzo en cuanto uno de los jounnin, tomó posiciones en el atril junto a su compañero que cargaba una bandeja con las bandanas colocadas pulcramente. Antes de comenzar instó a todos los asistentes a tomar asiento y guardar silencio, lo que provocó un murmullo general y el sonido de cientos de sillas arrastrándose, tras esto el silencio reclamado por el director del acto.
"Por fin empieza, creía que se me iba a quedar pegado el culo a la silla..." se dijo mientras volvía la mirada hacia el escenario, tratando de mantener la compostura en todo momento, tal y como su abuelo deseaba. Al fin y al cabo no era una cualquiera, ella era una Akaiwa y debía de estar a la altura de su apellido.
El acto continuo como todos estos actos suelen hacerlo, un largo, monótono y para nada innovador discurso. Qué si learta por aquí, sacrificio por allá, unión, trabajo en equipo, familia y un montón más de tonterías que no interesaban ni remotamente la pequeña. Aún así, fingió en todo momento que escuchaba el discurso casi enfervorizada, incluso aplaudió con elegancia al final de mismo. Sin lugar a dudas era la viva imagen de su abuelo, capaz de abrazar al que mataría unos instantes después sin nisiquiera pestañear
"Bueno por fin empiezan a repartir esas dichosas bandanas..." agradeció la joven el final del discurso "Estoy deseando ver cual es el regalo del abuelo" la pelirrubia solo podía pensar en lo que le había prometido su abuelo por la graduación, quizás fuese una nueva marioneta o algún tipo de veneno exótico "Qué emoción"
El jounnin comenzó a nombrar a los graduados, no tardó mucho en salir el nombre de Sayaka pues por orden alfabético solía ser siempre de las primeras. La chica se levantó grácilmente, acicaló su lujoso vestido y procedió a recorrer el pequeño camino que la separaba de las escaleras, las cuales subió dando saltitos, de izquierda a derecha. Una vez arriba, caminó resuelta hasta el lugar donde la esperaba el jonnin encargado del reparto de bandanas. Saludo con la pertinente reverencia y recogió la bandana de las manos de su superior, como si de oro en paño se tratase. Así seguía con su conseguido teatro, todo tal y como su abuelo había planificado.
"Menuda estupidez... pero bueno, todo sea por ese dichoso regalo... espero que merezca la pena" se repetía para sus adentros.
Tras recoger la bandana, saludo al público con una reverencia. Una ovación fue arrancada, tal y como había sucedido con cada estudiante anterior, sin embargo a esta se había unido su abuelo que aplaudía con calma desde el palco. Después del saludo, descendió del escenario con gracia y regresó hasta su asiento, donde aguardaría a que el acto se diese por finalizado mientras pensaba donde demonios ataría aquella cosa.
"¿Dónde diablos me pongo yo esto?"
"Por fin empieza, creía que se me iba a quedar pegado el culo a la silla..." se dijo mientras volvía la mirada hacia el escenario, tratando de mantener la compostura en todo momento, tal y como su abuelo deseaba. Al fin y al cabo no era una cualquiera, ella era una Akaiwa y debía de estar a la altura de su apellido.
El acto continuo como todos estos actos suelen hacerlo, un largo, monótono y para nada innovador discurso. Qué si learta por aquí, sacrificio por allá, unión, trabajo en equipo, familia y un montón más de tonterías que no interesaban ni remotamente la pequeña. Aún así, fingió en todo momento que escuchaba el discurso casi enfervorizada, incluso aplaudió con elegancia al final de mismo. Sin lugar a dudas era la viva imagen de su abuelo, capaz de abrazar al que mataría unos instantes después sin nisiquiera pestañear
"Bueno por fin empiezan a repartir esas dichosas bandanas..." agradeció la joven el final del discurso "Estoy deseando ver cual es el regalo del abuelo" la pelirrubia solo podía pensar en lo que le había prometido su abuelo por la graduación, quizás fuese una nueva marioneta o algún tipo de veneno exótico "Qué emoción"
El jounnin comenzó a nombrar a los graduados, no tardó mucho en salir el nombre de Sayaka pues por orden alfabético solía ser siempre de las primeras. La chica se levantó grácilmente, acicaló su lujoso vestido y procedió a recorrer el pequeño camino que la separaba de las escaleras, las cuales subió dando saltitos, de izquierda a derecha. Una vez arriba, caminó resuelta hasta el lugar donde la esperaba el jonnin encargado del reparto de bandanas. Saludo con la pertinente reverencia y recogió la bandana de las manos de su superior, como si de oro en paño se tratase. Así seguía con su conseguido teatro, todo tal y como su abuelo había planificado.
"Menuda estupidez... pero bueno, todo sea por ese dichoso regalo... espero que merezca la pena" se repetía para sus adentros.
Tras recoger la bandana, saludo al público con una reverencia. Una ovación fue arrancada, tal y como había sucedido con cada estudiante anterior, sin embargo a esta se había unido su abuelo que aplaudía con calma desde el palco. Después del saludo, descendió del escenario con gracia y regresó hasta su asiento, donde aguardaría a que el acto se diese por finalizado mientras pensaba donde demonios ataría aquella cosa.
"¿Dónde diablos me pongo yo esto?"