23/02/2018, 03:48
El calvo se sobresaltó ante la respuesta de aquel hombre. Tal vez era de esperar, por lo que veía de aquella ciudad cualquier respuesta era válida, pero aún así uno no se prepara lo suficiente para el momento del impacto.
«Vaya, parece que no tienen academias acá. Mejor voy yendo a eso de Magero.»
—Gracias.— contestó mientras se alejaba a un lugar un poco menos ocupado para poder abrir su mapa con tranquilidad y buscar su destino.
Pocos minutos después se encontró con un edificio que pudo reconocer fácilmente, que al instante pensó "Debe de ser ese" aún sin ser de ni conocer la ciudad. Esperaba allí encontrar de una vez por todas lo que buscaba, y poder empezar con su cuento del escritor de una vez por todas. Golpeó la puerta, por mera educación, y entró para caminar hacia el fondo mientras recorría con la mirada las estanterías.
Buen día, usted debe de ser Magero.— trató de llamarle la atención para sacarlo de su lectura.
—Soy un escritor, bueno, un intento de ello, y es mi primera visita a esta ciudad. Nunca estuve con tanta gente alrededor por las calles, soy más rural, y he de decir que he perdido un bolso con algunas pertenencias.— Karamaru rio de sí mismo.
—Me han dirigido hasta aquí, y lo que más me concierne de lo perdido es un lápiz y un anotador que había preparado para esta ocasión. ¿Por casualidad no tendrá uno de cada a la venta?
El monje iba de frente, lanzando lo que quería sin estirarse de más. Después de todo, el quería salir a actuar, aquel hombre debía de querer seguir leyendo, y por sobretodo, si el cliente no habla y pide el vendedor no puede hacer mucho más que esperar.
«Vaya, parece que no tienen academias acá. Mejor voy yendo a eso de Magero.»
—Gracias.— contestó mientras se alejaba a un lugar un poco menos ocupado para poder abrir su mapa con tranquilidad y buscar su destino.
Pocos minutos después se encontró con un edificio que pudo reconocer fácilmente, que al instante pensó "Debe de ser ese" aún sin ser de ni conocer la ciudad. Esperaba allí encontrar de una vez por todas lo que buscaba, y poder empezar con su cuento del escritor de una vez por todas. Golpeó la puerta, por mera educación, y entró para caminar hacia el fondo mientras recorría con la mirada las estanterías.
Buen día, usted debe de ser Magero.— trató de llamarle la atención para sacarlo de su lectura.
—Soy un escritor, bueno, un intento de ello, y es mi primera visita a esta ciudad. Nunca estuve con tanta gente alrededor por las calles, soy más rural, y he de decir que he perdido un bolso con algunas pertenencias.— Karamaru rio de sí mismo.
—Me han dirigido hasta aquí, y lo que más me concierne de lo perdido es un lápiz y un anotador que había preparado para esta ocasión. ¿Por casualidad no tendrá uno de cada a la venta?
El monje iba de frente, lanzando lo que quería sin estirarse de más. Después de todo, el quería salir a actuar, aquel hombre debía de querer seguir leyendo, y por sobretodo, si el cliente no habla y pide el vendedor no puede hacer mucho más que esperar.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘