24/02/2018, 23:12
El picaporte giró, y la puerta se abrió con suavidad. Daruu entró en la habitación, se acercó a ella y la tomó de la barbilla para darle un dulce beso en los labios que la derritió de arriba a abajo. Durante un instante, Ayame se descubrió pidiéndole mentalmente que se quedara junto a ella, pero él, ajeno a sus pensamientos, se dejó caer sobre el sofá con un prolongado suspiro.
—Arrrggh... No quería estar sólo en un sitio como este, sólo eso. Y ni siquiera tengo sueño —dijo, pellizcándose la frente con dos dedos—. ¿Qué haces?
Ayame desvió la mirada hacia su cuaderno de notas y después se la devolvió a él. Meditó durante un instante, sintiéndose avergonzada y estúpida durante unos segundos, pero al final se levantó con él en la mano, se acercó hasta el sofá y se sentó en él apoyando la cabeza en el hombro de su compañero. La calidez de su cuerpo y su olor siempre la reconfortaban. Y eso era lo que más necesitaba en aquel momento.
—Estaba escribiendo —explicó, con voz temblorosa, tendiéndole el cuaderno. De repente sentía un desagradable picazón en los ojos y en la garganta—. No quiero olvidar. Así que, por si acaso algo sale mal y no podemos salir a tiempo de aquí, he pensado que...
Aún no había terminado la primera página pero en ella se podían apreciar notas como:
—¿Crees que podemos confiar en Arashihime-san, Daruu-kun? —le preguntó.
—Arrrggh... No quería estar sólo en un sitio como este, sólo eso. Y ni siquiera tengo sueño —dijo, pellizcándose la frente con dos dedos—. ¿Qué haces?
Ayame desvió la mirada hacia su cuaderno de notas y después se la devolvió a él. Meditó durante un instante, sintiéndose avergonzada y estúpida durante unos segundos, pero al final se levantó con él en la mano, se acercó hasta el sofá y se sentó en él apoyando la cabeza en el hombro de su compañero. La calidez de su cuerpo y su olor siempre la reconfortaban. Y eso era lo que más necesitaba en aquel momento.
—Estaba escribiendo —explicó, con voz temblorosa, tendiéndole el cuaderno. De repente sentía un desagradable picazón en los ojos y en la garganta—. No quiero olvidar. Así que, por si acaso algo sale mal y no podemos salir a tiempo de aquí, he pensado que...
Aún no había terminado la primera página pero en ella se podían apreciar notas como:
"Mi nombre es Aotsuki Ayame. No pertenezco a este mundo sino a Oonindo. Soy una kunoichi de Amegakure. Mi padre es Aotsuki Zetsuo. La madre de Daruu es Amedama Kiroe. Tengo amigos allí, como Mogura y Kaido. No debo olvidar quién soy, ni de dónde vengo. Debo encontrar la forma de salir d..."
—¿Crees que podemos confiar en Arashihime-san, Daruu-kun? —le preguntó.