25/02/2018, 11:58
—Jin, escucha, no te vamos a abandonar como crees, ¿entendido? Vamos a salir los cuatro juntos de ésta.
— ¡Jin! ¿Me oyes? ¿Estas bien? No te vamos a abandonar como crees que pasó la otra vez, ¿vale? Quedate con nosotros hasta que encontremos el interruptor.
Me dolía el pecho. En realidad, me dolía todo el cuerpo, especialmente la barriga. Pero el dolor que sentía en el corazón no era físico. ¿Había dejado morir a mi padre? Ni siquiera me pare a pensar que pudiese ser otro Jin o incluso un fantasma de aquella mansión. Escuchaba voces, Ayame, juro, Riko. No podía ponerles nombre, por que no les estaba prestando atención a ninguna. La oscuridad, los temblores, el ruido de los cuadros al caer. Si, me estaban gritando, alguien gritaba mi nombre, pero ninguna era la voz de mi padre.
— ¡Ayame, Jin! ¡No os mováis, ¿vale?! ¡Ahora mismo conseguimos luz!
Los gritos seguían y seguían, entendí por ahí mi nombre de nuevo, pero estaba seguro de quien era la voz. Mi cabeza era un torbellino de cosas, un caos. El deseo de maíz, la creencia de que el suelo acababa de tragarse a mi padre, juro buscándome en la oscuridad para intentar matarme de nuevo. Pero ¿A esas alturas, que importaba? Si no moria dentro, moriría fuera, si salíamos, no tendríamos donde escondernos de aquellas personas armadas que nos perseguían. Había que elegir entre muerte o muerte.
—Jin-san, ¿estás bien?
Otra vez mi nombre. Esta vez mas cerca. Había luz, no cálida y acogedora, pero había luz. Quise levantar la cabeza y mirar a mi alrededor, pero no tenia fuerzas ni para eso, y mi pelo, todavía sucio y húmedo, se pegaba a mi cara impidiéndome aun mas la visión. ¿Merecía la pena hacer el esfuerzo? O ¿Ya no había motivos para seguir luchando? Le había dicho a aquella voz que le ayudaría a romper la maldición, pero ¿Cómo? Ni tan siquiera podía mover un musculo, ni siquiera me quedaban fuerzas para defenderme, y lo peor, había perdido la voluntad de hacer cualquier cosa. No me quedaba fuerza de voluntad para aferrarme a nada.
—Ma…Ma...—Tal vez, una ultima vez, mis suplicas llegaban a alguien, aun así, no tenia esperanza.—…iz.
— ¡Jin! ¿Me oyes? ¿Estas bien? No te vamos a abandonar como crees que pasó la otra vez, ¿vale? Quedate con nosotros hasta que encontremos el interruptor.
Me dolía el pecho. En realidad, me dolía todo el cuerpo, especialmente la barriga. Pero el dolor que sentía en el corazón no era físico. ¿Había dejado morir a mi padre? Ni siquiera me pare a pensar que pudiese ser otro Jin o incluso un fantasma de aquella mansión. Escuchaba voces, Ayame, juro, Riko. No podía ponerles nombre, por que no les estaba prestando atención a ninguna. La oscuridad, los temblores, el ruido de los cuadros al caer. Si, me estaban gritando, alguien gritaba mi nombre, pero ninguna era la voz de mi padre.
— ¡Ayame, Jin! ¡No os mováis, ¿vale?! ¡Ahora mismo conseguimos luz!
Los gritos seguían y seguían, entendí por ahí mi nombre de nuevo, pero estaba seguro de quien era la voz. Mi cabeza era un torbellino de cosas, un caos. El deseo de maíz, la creencia de que el suelo acababa de tragarse a mi padre, juro buscándome en la oscuridad para intentar matarme de nuevo. Pero ¿A esas alturas, que importaba? Si no moria dentro, moriría fuera, si salíamos, no tendríamos donde escondernos de aquellas personas armadas que nos perseguían. Había que elegir entre muerte o muerte.
—Jin-san, ¿estás bien?
Otra vez mi nombre. Esta vez mas cerca. Había luz, no cálida y acogedora, pero había luz. Quise levantar la cabeza y mirar a mi alrededor, pero no tenia fuerzas ni para eso, y mi pelo, todavía sucio y húmedo, se pegaba a mi cara impidiéndome aun mas la visión. ¿Merecía la pena hacer el esfuerzo? O ¿Ya no había motivos para seguir luchando? Le había dicho a aquella voz que le ayudaría a romper la maldición, pero ¿Cómo? Ni tan siquiera podía mover un musculo, ni siquiera me quedaban fuerzas para defenderme, y lo peor, había perdido la voluntad de hacer cualquier cosa. No me quedaba fuerza de voluntad para aferrarme a nada.
—Ma…Ma...—Tal vez, una ultima vez, mis suplicas llegaban a alguien, aun así, no tenia esperanza.—…iz.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)