26/02/2018, 14:48
—¡No te vayas a morir, Riko, o te mato yo!
En esos momentos el peliblanco no estaba en las condiciones idóneas para responder a su compañero, ya que trataba de que la katana de su rival no le atravesase de parte a parte, por lo que apenas tuvo tiempo de mirar cómo iba Kaido con el hombre al que había conseguido atrapar.
El pelirrojo parecía bastante hábil con la espada y parecía tener una gran fuerza pero estaba claro que la velocidad no era su punto fuerte, por lo que Riko se limitó a moverse a su alrededor esquivando los golpes que le lanzaba y tratando de contragolpear de vez en cuando, aunque nunca con atino.
—Escucha, chaval. A tu amigo ya se lo ha tragado la tierra. Mejor ríndete, coño, y así nos ahorramos el numerito. De todas formas, tú sólo no vas a poder ganar. ¿Qué dices?
El escualo trataba de hacer que su oponente se rindiera, así podrían evitarse cualquier tipo de daño innecesario pero, como era de esperar, el pelirrojo no pensaba lo mismo.
— ¡Se va a rendir quien yo te diga, bastardo! — Y dejó de atacar al peliblanco para lanzarse a la carga contra el amenio, tratando de darle un tajo horizontal que trataba de cortarle por la mitad.
En esos momentos el peliblanco no estaba en las condiciones idóneas para responder a su compañero, ya que trataba de que la katana de su rival no le atravesase de parte a parte, por lo que apenas tuvo tiempo de mirar cómo iba Kaido con el hombre al que había conseguido atrapar.
El pelirrojo parecía bastante hábil con la espada y parecía tener una gran fuerza pero estaba claro que la velocidad no era su punto fuerte, por lo que Riko se limitó a moverse a su alrededor esquivando los golpes que le lanzaba y tratando de contragolpear de vez en cuando, aunque nunca con atino.
—Escucha, chaval. A tu amigo ya se lo ha tragado la tierra. Mejor ríndete, coño, y así nos ahorramos el numerito. De todas formas, tú sólo no vas a poder ganar. ¿Qué dices?
El escualo trataba de hacer que su oponente se rindiera, así podrían evitarse cualquier tipo de daño innecesario pero, como era de esperar, el pelirrojo no pensaba lo mismo.
— ¡Se va a rendir quien yo te diga, bastardo! — Y dejó de atacar al peliblanco para lanzarse a la carga contra el amenio, tratando de darle un tajo horizontal que trataba de cortarle por la mitad.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»