26/02/2018, 15:30
Evidentemente, su charla no sirvió para calmar al pelirrojo. La ira le consumió y en cuanto tuvo la más mínima oportunidad, dejó su antiguo interés para arrojarse voluntarioso hasta el escualo, con toda la intención de filetearlo.
Kaido aguardó a por él con los brazos abiertos y los pies en punta, que daban apenas leves brincos, preparándose para la aproximación de su oponente. Aunque Kaido, como usuario del Kenjutsu, podía ver que la técnica con la que el hombre sostenía la katana y por sobre todo, con aquel movimiento horizontal con el que pretendía cercenarle el abdomen; era bastante pobre. Y la distancia era la prudente como para que el gyojin tuviese el tiempo de reacción suficiente con el que movió su cuerpo hacia su retaguardia, con apenas dos largos pasos.
Lo curioso de todo aquello es que, probablemente, él no tendría que hacer mucho más que esquivar aquel ataque. Porque el pelirrojo ya había cometido un error garrafal. Lo que, por una parte, era inevitable teniendo en cuenta la desventaja numérica con la que tendría que actuar.
Pero, la espalda ya Riko se la tenía ganada. Y Riko también poseía un kunai.
Kaido aguardó a por él con los brazos abiertos y los pies en punta, que daban apenas leves brincos, preparándose para la aproximación de su oponente. Aunque Kaido, como usuario del Kenjutsu, podía ver que la técnica con la que el hombre sostenía la katana y por sobre todo, con aquel movimiento horizontal con el que pretendía cercenarle el abdomen; era bastante pobre. Y la distancia era la prudente como para que el gyojin tuviese el tiempo de reacción suficiente con el que movió su cuerpo hacia su retaguardia, con apenas dos largos pasos.
Lo curioso de todo aquello es que, probablemente, él no tendría que hacer mucho más que esquivar aquel ataque. Porque el pelirrojo ya había cometido un error garrafal. Lo que, por una parte, era inevitable teniendo en cuenta la desventaja numérica con la que tendría que actuar.
Pero, la espalda ya Riko se la tenía ganada. Y Riko también poseía un kunai.