2/03/2018, 11:28
Algo pareció revolverse en la casa, pues aunque los chicos, bañados bajo la tenue luz carmesí que los rodeaba, trabajaban por lograr ayudar tanto a Jin como para encontrar las últimas dos piezas que faltaban, no se dieron cuenta de que el suelo parecía estar moviéndose aún, pero no por aquel extraño temblor de antes, si no como si...
De diversos puntos emergieron cuerdas que primero tomaron a Juro por las piernas y las manos, pegándolo al suelo y amarrándolo tan fuerte que le dolía. Otras cuatro cuerdas salieron de los lados de Jin, atándole de cuerpo entero y haciéndole sufrir el doble de lo que estaba sintiendo ya por la falta de su maíz. Riko fue el último en ser apresado, y por tanto, el peor; pues las cuerdas salieron de la pared y lo tomaron sin previo aviso, llevándoselo hasta desde donde habían emergido para llevárselo hasta la pared. Su espalda impactó contra la madera con tanta fuerza que seguramente iba a perdurar el dolor por unas horas.
Con suerte no se había roto nada.
Ayame fue la única que no fue amarrada, sin embargo tampoco estaba armada. La pieza de Juro no podía ser tomada por ella, por lo que no podría cortar las cuerdas con ella, sus bolsillos, vacíos, no eran de utilidad, y la carcajada que resonó en toda la casa tampoco fue de ayuda. Esta vez, sin embargo, era de una voz femenina.
Tras ella, la figura del hombre que habían visto antes, el que había estado colgando de una cuerda; la recibió con una sonrisa amable en los labios y una bandeja entre sus manos. En ella habían dos objetos: una llave, y un kunai.
—Tal y como ella tuvo que hacer, tienes que elegir... —explicó, con un brillo macabro en sus ojos —. La llave de la casa, para ti, o el kunai para todos. Todas tienen un precio, algo por lo que pagar, si coges una, algo pasará, piénsalo bien, Ayame.
De diversos puntos emergieron cuerdas que primero tomaron a Juro por las piernas y las manos, pegándolo al suelo y amarrándolo tan fuerte que le dolía. Otras cuatro cuerdas salieron de los lados de Jin, atándole de cuerpo entero y haciéndole sufrir el doble de lo que estaba sintiendo ya por la falta de su maíz. Riko fue el último en ser apresado, y por tanto, el peor; pues las cuerdas salieron de la pared y lo tomaron sin previo aviso, llevándoselo hasta desde donde habían emergido para llevárselo hasta la pared. Su espalda impactó contra la madera con tanta fuerza que seguramente iba a perdurar el dolor por unas horas.
Con suerte no se había roto nada.
Ayame fue la única que no fue amarrada, sin embargo tampoco estaba armada. La pieza de Juro no podía ser tomada por ella, por lo que no podría cortar las cuerdas con ella, sus bolsillos, vacíos, no eran de utilidad, y la carcajada que resonó en toda la casa tampoco fue de ayuda. Esta vez, sin embargo, era de una voz femenina.
Tras ella, la figura del hombre que habían visto antes, el que había estado colgando de una cuerda; la recibió con una sonrisa amable en los labios y una bandeja entre sus manos. En ella habían dos objetos: una llave, y un kunai.
—Tal y como ella tuvo que hacer, tienes que elegir... —explicó, con un brillo macabro en sus ojos —. La llave de la casa, para ti, o el kunai para todos. Todas tienen un precio, algo por lo que pagar, si coges una, algo pasará, piénsalo bien, Ayame.
![[Imagen: MsR3sea.png]](https://i.imgur.com/MsR3sea.png)
Esta cuenta representa a la totalidad de los administradores de NinjaWorld.es