17/03/2018, 15:36
Juro dudó que Jin lo escuchase. Dudó que tuviese alguna clase de racionalidad en ese momento. Simplemente cogió el maíz y empezó a devorarlo con las dos manos. Observó como lo hacía mientras retrocedía un poco, con algo de consternación. Parecía un adicto a su droga.
Después, se recuperó, miró a ambos — sin entender lo que pasaba del todo — y mordió la mano que literalmente le había dado de comer.
—¿Dónde está la chica?¿No la habrás matado como intentaste hacerlo conmigo?
Juro se molestó. Claro que se molestó.
— Pues no. Fue tu querida casa la que se la ha llevado, después de atacarnos a todos— exclamó, claramente indignado con la actitud de Jin, quien no hacía más que insultarle, después de haberle salvado. Después, señaló a las cuerdas rotas que tenía bajo sus pies —. Acabo de cortar las cuerdas que te atrapaban y te hemos alcanzado el maíz. Podrías mostrar un poco de consideración al menos, ¿no crees?
« Si te quisiese muerto te habría cortado la garganta hace cinco segundos. Y cada vez me están dando más ganas... » — Juro trató de serenarse. Perder la calma no era una buena idea, y más aún en la situación que había.
Se levantó y se alejó de él. No le gustaba. No quería estar con Jin, puesto que hiciese lo que hiciese, no iba a conseguir nada. Antes lo había estado y el extraño sindrome de abstinencia que había tenido no iba a cambiar las cosas. Solo que ahora Juro conocía algo más de él.
— Ayame ha decidido salvarnos a todos en ver de irse ella sola cuando la han dado la oportunidad, y por eso se la ha llevado, tenemos que buscarla.
Riko parecía dolido. Fue escaso de palabras e incluso hizo un gesto de dolor al pronunciarlas. Juro se preocupó: el golpe había sido fuerte, quizá.
— Apareció el hombre que había muerto ahorcado y nos ató a los tres. Seguro que sentiste al menos el dolor. Le dio la opción de escapar o incluso de matarnos, pero ella prefirió apuñalarle a él y tratar de salvarnos. Y él se la llevó — dijo Juro. No quiso dirigirse a Jin al hablar, pero claramente, se lo estaba explicando —. Pienses lo que pienses de mi o de él, ella nos ha salvado la vida. Así que los tres le debemos el ayudarla si esta bien, en alguna parte de la casa. Vamos a ir a buscarla.
No quiso decir más. Podría haberle lanzado más puyas de porque su "salvadora" le había torturado hace cinco segundos. Podía haberle dicho que Ayame era un shinobi de su aldea, y que era también su deber. Solo se quedó esperando la reacción que haría tras todo esto.
También se acercó a Riko, aunque no se atrevió a tocarle.
— ¿Estas bien? ¿Puedes caminar por ti mismo? — preguntó, esta vez sin agresividad ni malicia. Él no tenía la culpa, y podía haberse puesto del lado de Jin. Se había mantenido neutral y se lo agradecía.
Después, se recuperó, miró a ambos — sin entender lo que pasaba del todo — y mordió la mano que literalmente le había dado de comer.
—¿Dónde está la chica?¿No la habrás matado como intentaste hacerlo conmigo?
Juro se molestó. Claro que se molestó.
— Pues no. Fue tu querida casa la que se la ha llevado, después de atacarnos a todos— exclamó, claramente indignado con la actitud de Jin, quien no hacía más que insultarle, después de haberle salvado. Después, señaló a las cuerdas rotas que tenía bajo sus pies —. Acabo de cortar las cuerdas que te atrapaban y te hemos alcanzado el maíz. Podrías mostrar un poco de consideración al menos, ¿no crees?
« Si te quisiese muerto te habría cortado la garganta hace cinco segundos. Y cada vez me están dando más ganas... » — Juro trató de serenarse. Perder la calma no era una buena idea, y más aún en la situación que había.
Se levantó y se alejó de él. No le gustaba. No quería estar con Jin, puesto que hiciese lo que hiciese, no iba a conseguir nada. Antes lo había estado y el extraño sindrome de abstinencia que había tenido no iba a cambiar las cosas. Solo que ahora Juro conocía algo más de él.
— Ayame ha decidido salvarnos a todos en ver de irse ella sola cuando la han dado la oportunidad, y por eso se la ha llevado, tenemos que buscarla.
Riko parecía dolido. Fue escaso de palabras e incluso hizo un gesto de dolor al pronunciarlas. Juro se preocupó: el golpe había sido fuerte, quizá.
— Apareció el hombre que había muerto ahorcado y nos ató a los tres. Seguro que sentiste al menos el dolor. Le dio la opción de escapar o incluso de matarnos, pero ella prefirió apuñalarle a él y tratar de salvarnos. Y él se la llevó — dijo Juro. No quiso dirigirse a Jin al hablar, pero claramente, se lo estaba explicando —. Pienses lo que pienses de mi o de él, ella nos ha salvado la vida. Así que los tres le debemos el ayudarla si esta bien, en alguna parte de la casa. Vamos a ir a buscarla.
No quiso decir más. Podría haberle lanzado más puyas de porque su "salvadora" le había torturado hace cinco segundos. Podía haberle dicho que Ayame era un shinobi de su aldea, y que era también su deber. Solo se quedó esperando la reacción que haría tras todo esto.
También se acercó a Riko, aunque no se atrevió a tocarle.
— ¿Estas bien? ¿Puedes caminar por ti mismo? — preguntó, esta vez sin agresividad ni malicia. Él no tenía la culpa, y podía haberse puesto del lado de Jin. Se había mantenido neutral y se lo agradecía.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60