20/03/2018, 01:20
—Ayame ha decidido salvarnos a todos en ver de irse ella sola cuando la han dado la oportunidad, y por eso se la ha llevado, tenemos que buscarla.
Si, había que buscar a la chica. No por las decisiones que había tomado, sino porque la necesitábamos para salir de aquel lugar. O, mejor dicho, para acabar con la maldición que retenía allí.
Pero no era eso lo que rondaba mi cabeza. Estaba más preocupado por mi padre que por aquella desconocida. La casa se lo había tragado ¿Estaría en el sótano? Cuando la casa me había tragado a mí en la cocina, había aparecido arriba. ¿Cómo podía estar seguro de donde se había llevado la casa a mi padre? O a Ayame.
— Pues no. Fue tu querida casa la que se la ha llevado, después de atacarnos a todos— exclamó, claramente indignado conmigo. Después, señaló a las cuerdas rotas que tenía bajo mis pies —. Acabo de cortar las cuerdas que te atrapaban y te hemos alcanzado el maíz. Podrías mostrar un poco de consideración al menos, ¿no crees?
—También has intentado matarme, pero claro, antes no estaba Riko delante, si me matas delante de él, ya no confiará más en ti, porque sabrá qué quieres dejarnos aquí encerrados.— No pensaba pasarle ni una a alguien que había intentado matarme.—¿Por qué tengo que mostrarte consideración? ¿Por darme él maíz que ha dejado la casa para mi? no es la primera vez que me da maíz. Mientras vosotros, ambos, me dejabais aquí tirado para ir tras Ayame y su miedo a la oscuridad, la casa me ayudo. Mientras tú has intentado matarme, la casa no lo ha hecho. No eres quien para exigirme consideración.
No merecía nada de mí. Solo me había desatado de aquellas cuerdas por que Riko estaba presente. Si Riko no hubiera estado allí, seguro que Juro habría aprovechado la oportunidad para matarme, y luego, habría culpado a la casa, como estaba haciendo en ese mismo instante. No, Juro desde luego no se merecía nada de mí, y mucho menos palabras agradables.
— Apareció el hombre que había muerto ahorcado y nos ató a los tres. Seguro que sentiste al menos el dolor. Le dio la opción de escapar o incluso de matarnos, pero ella prefirió apuñalarle a él y tratar de salvarnos. Y él se la llevó. Pienses lo que pienses de mi o de él, ella nos ha salvado la vida. Así que los tres le debemos el ayudarla si esta bien, en alguna parte de la casa. Vamos a ir a buscarla.
—Pese a que no me gusta nada estar en la misma habitación que tú, no tengo nada en contra de Riko o de Ayame. Sin embargo, acabo de ver a la casa tragarse a mi padre. ¿Por qué iba a ir en busca de una completa desconocida? ¿De verdad pensáis que voy a abandonar a mi padre para buscar a esa chica? Tal vez ella acabé de salvarme la vida, pero hablamos de mi familia, de mi padre, que me ha dado la vida. Tendréis que obligarme, y prefiero morir a abandonar a mi familia.
Si, había que buscar a la chica. No por las decisiones que había tomado, sino porque la necesitábamos para salir de aquel lugar. O, mejor dicho, para acabar con la maldición que retenía allí.
Pero no era eso lo que rondaba mi cabeza. Estaba más preocupado por mi padre que por aquella desconocida. La casa se lo había tragado ¿Estaría en el sótano? Cuando la casa me había tragado a mí en la cocina, había aparecido arriba. ¿Cómo podía estar seguro de donde se había llevado la casa a mi padre? O a Ayame.
— Pues no. Fue tu querida casa la que se la ha llevado, después de atacarnos a todos— exclamó, claramente indignado conmigo. Después, señaló a las cuerdas rotas que tenía bajo mis pies —. Acabo de cortar las cuerdas que te atrapaban y te hemos alcanzado el maíz. Podrías mostrar un poco de consideración al menos, ¿no crees?
—También has intentado matarme, pero claro, antes no estaba Riko delante, si me matas delante de él, ya no confiará más en ti, porque sabrá qué quieres dejarnos aquí encerrados.— No pensaba pasarle ni una a alguien que había intentado matarme.—¿Por qué tengo que mostrarte consideración? ¿Por darme él maíz que ha dejado la casa para mi? no es la primera vez que me da maíz. Mientras vosotros, ambos, me dejabais aquí tirado para ir tras Ayame y su miedo a la oscuridad, la casa me ayudo. Mientras tú has intentado matarme, la casa no lo ha hecho. No eres quien para exigirme consideración.
No merecía nada de mí. Solo me había desatado de aquellas cuerdas por que Riko estaba presente. Si Riko no hubiera estado allí, seguro que Juro habría aprovechado la oportunidad para matarme, y luego, habría culpado a la casa, como estaba haciendo en ese mismo instante. No, Juro desde luego no se merecía nada de mí, y mucho menos palabras agradables.
— Apareció el hombre que había muerto ahorcado y nos ató a los tres. Seguro que sentiste al menos el dolor. Le dio la opción de escapar o incluso de matarnos, pero ella prefirió apuñalarle a él y tratar de salvarnos. Y él se la llevó. Pienses lo que pienses de mi o de él, ella nos ha salvado la vida. Así que los tres le debemos el ayudarla si esta bien, en alguna parte de la casa. Vamos a ir a buscarla.
—Pese a que no me gusta nada estar en la misma habitación que tú, no tengo nada en contra de Riko o de Ayame. Sin embargo, acabo de ver a la casa tragarse a mi padre. ¿Por qué iba a ir en busca de una completa desconocida? ¿De verdad pensáis que voy a abandonar a mi padre para buscar a esa chica? Tal vez ella acabé de salvarme la vida, pero hablamos de mi familia, de mi padre, que me ha dado la vida. Tendréis que obligarme, y prefiero morir a abandonar a mi familia.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)