25/03/2018, 22:17
— Me haces dañooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo. — Desde lejos se podía escuchar replicar a una joven.
— Da gracias a que soy yo.
— ¿¡Y exactamente porque tengo que hacerlo!? ¡¡Me vas a arrancar el pelo de cuajo!!
Ryuko entró dando vueltas por el suelo, y momentos después lo hizo la figura de un esbelto hombre. Se trataba de su maestro Oda, su rostro ya de por si intimidaba, pero ademas, estaba enfadado.
— ¿¡Que te tengo dicho!? ¡¡Ni se te ocurra volver a responderme así!! ¡Hace unos años no eras tan protestona! ¡Y ahora ponte a entrenar mientras yo voy a hacer unos recados! — Acto seguido, chasqueó los dedos y el hombre mayor se deshizo en miles de cuervos.
— Joder... Pero que miedo da cuando se enfada... — Ryuko se abrazó así misma, como si acabase de hablar con la mismísima Muerte. A sabiendas de que lo que le esperaría en casa seria mucho peor e intimidada por su maestro, Ryuko se hecho una mano a la cintura, mirando de reojo su bokken. — Supongo que tiene razón...
— Da gracias a que soy yo.
— ¿¡Y exactamente porque tengo que hacerlo!? ¡¡Me vas a arrancar el pelo de cuajo!!
Ryuko entró dando vueltas por el suelo, y momentos después lo hizo la figura de un esbelto hombre. Se trataba de su maestro Oda, su rostro ya de por si intimidaba, pero ademas, estaba enfadado.
— ¿¡Que te tengo dicho!? ¡¡Ni se te ocurra volver a responderme así!! ¡Hace unos años no eras tan protestona! ¡Y ahora ponte a entrenar mientras yo voy a hacer unos recados! — Acto seguido, chasqueó los dedos y el hombre mayor se deshizo en miles de cuervos.
— Joder... Pero que miedo da cuando se enfada... — Ryuko se abrazó así misma, como si acabase de hablar con la mismísima Muerte. A sabiendas de que lo que le esperaría en casa seria mucho peor e intimidada por su maestro, Ryuko se hecho una mano a la cintura, mirando de reojo su bokken. — Supongo que tiene razón...