(C) El albino y la rubia

[Riko]

— ¿Que lo sientes? ¡¿Que lo sientes?! ¡Me cago en todo lo cagable! ¿Eres siquiera minimamente consciente de lo que acaba de pasar? ¡Acabas de alargar todo esto por lo menos dos días más! ¡Tenemos un puto carro solo con una rueda y la otra se ha ido camino atrás! Bueno, ¡si es que a esto se le puede llamar camino! Porque lo has dejado hecho un PUTO PANTANO.

Riko hundió la cabeza, sabía que aquella bronca era merecida, había perdido el control en un momento dado y había provocado exactamente lo que Shin-Fu le echaba en cara, para pasar por allí tendrían que esperar a que el fango se secase probablemente y eso si eran capaces de arreglar el carromato.

— Mira, de momento, busca la rueda y traela. Con suerte, mañana a primera hora podremos retomar el viaje, siempre que el carro se pueda arreglar, sino...

— S-Si... — Diría con la voz entrecortada y rápidamente salió a la carrera en la dirección en la que se había ido la rueda que le faltaba al carro.

El peliblanco caminaba con un atisbo de lágrimas en sus ojos, no por la bronca que acababa de recibir, si no por el hecho de que no había sido capaz de controlarse cuando la furia se había apoderado de él y todo lo que aquello había acarreado, sin duda alguna tendría que hablar con su tía de aquello cuando volviese.